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¿Quiénes eran los asmoneos?

Los asmoneos fueron la dinastía que gobernó Judea y sus alrededores desde el año 164 a.C. hasta el 63 a.C., durante un periodo conocido como el Periodo Macabeo de Independencia Judía. Su dominio se extendió a las regiones de Samaria, Galilea, Iturea, Perea e Idumea. En la actualidad, su reino incluiría Israel y partes de Egipto, Jordania, Líbano, Palestina y Siria. Los asmoneos eran famosos por su liderazgo, su feroz destreza en la batalla y por aplicar estrictamente la ley judía convirtiendo por la fuerza a la población de todas las tierras que conquistaban. Su relato se puede encontrar en los libros apócrifos de Primera y Segunda de los Macabeos, así como en La guerra judía, del historiador judío Flavio Josefo.

Como información general sobre cuándo y cómo los asmoneos llegaron al poder, hay que entender la historia de Israel. El primer rey de Israel fue Saúl, pero como se apartó de Dios, el rey David lo sustituyó. Salomón, el hijo de David, fue su sucesor, pero después el reino se dividió en dos. Las diez tribus del norte nombraron a Jeroboam como rey, mientras que las tribus de Judá y Benjamín se sometieron a Roboam, el hijo de Salomón. Los asirios acabaron conquistando a las tribus del norte. Los asirios fueron conquistados por los babilonios, quienes también conquistaron el reino meridional de Judá. Los babilonios fueron conquistados por los persas, quienes permitieron a los judíos regresar a Jerusalén y reconstruir el templo. Esta historia está documentada en los libros canónicos de la Biblia como 1 y 2 Samuel, 1 y 2 Reyes, 1 y 2 Crónicas, Lamentaciones, Esdras y Nehemías.

Sin embargo, la Biblia no registra lo que ocurrió entre el regreso de los judíos a Jerusalén bajo el dominio persa y el nacimiento de Jesús en Belén bajo el dominio romano. En el año 333 a.C. los griegos, con Alejandro Magno a la cabeza, derrotaron a los persas. Tras la muerte de Alejandro Magno, su imperio se dividió entre cuatro sucesores. Judea quedó bajo el dominio de los seléucidas. En el año 167 a.C., el rey seléucida Antíoco IV ordenó que se sacrificara un cerdo a los dioses griegos en Modi'in. Matatías, el sacerdote judío de esa ciudad, mató al funcionario que había dado la orden, así como a todos los judíos que siguieran la orden impía del rey. Así comenzó la guerra judía contra los seléucidas. Matatías tuvo cinco hijos. Su hijo Judá fue un guerrero tan aguerrido que se ganó el nombre de "Judá el Martillo" o Judá Macabeo. De esta manera, la familia fue conocida como los Macabeos y su rebelión se denominó la Revuelta Macabea. Sin embargo, como nombre gobernante utilizaron el nombre de su antepasado, Hasmonaeus, los asmoneos.

El hijo de Matatías, Simón, fundó la dinastía asmonea después que su hermano Judas derrotara al ejército seléucida. El hijo de Simón, Juan Hircano, proclamó oficialmente la independencia de los seléucidas en el año 128 a.C., aunque Judea siguió pagando impuestos a los seléucidas, y por tanto los asmoneos sólo fueron semiautónomos durante este periodo. Juan Hircano también se autoproclamó rey y sumo sacerdote de Judea. El hijo de Juan Hircano, Arisóbulo I, fue su sucesor y luego el otro hijo de Juan Hircano, Alejandro Janneo, asumió el trono y el sacerdocio. Alejandra Salomé, esposa de Alejandro Janeo, fue la sucesora de éste en el cargo de reina. Después, su hijo Hircano II se convirtió en sumo sacerdote y su otro hijo Aristóbulo II quiso ser a la vez rey y sumo sacerdote. Los hermanos decidieron llamar a los romanos, quienes habían conquistado a los seléucidas, para que les ayudaran a resolver su disputa. Los romanos primero se pusieron del lado de uno de los hermanos y luego del otro. Finalmente, Alejandra, la hija de Hircano II, se casó con Alejandro, el hijo de Aristóbulo II (su primo), quien heredó el sacerdocio y el trono. Su hijo Aristóbulo III fue su sucesor y su hija Mariamne se casó con Herodes el Grande de Idumea. Así pues, gracias a Herodes, los romanos controlaron Judea y el pueblo judío volvió a ser una nación conquistada. Este es el escenario político en el que nació Jesús de Nazaret.

Las personas que vivían en la época de Jesús tenían padres y abuelos que recordaban haber vivido en relativa independencia bajo el gobierno judío de los asmoneos. Después de casi 100 años de independencia, el pueblo judío estaba ansioso por liberarse del dominio romano. Sin embargo, en aquel momento la misión de Jesús no era de carácter político.

Génesis 49:10 proclama que "No será quitado el cetro de Judá, ni el legislador de entre sus pies, hasta que venga Siloh; y a él se congregarán los pueblos" Esta profecía se cumplió cuando David, de la tribu de Judá, se convirtió en rey de Israel. Los reyes legítimos de Israel vendrían a través del linaje de David. Sin embargo, cuando las diez tribus del norte de Israel se separaron de Judá y Benjamín y nombraron rey a Jeroboam, entonces Dios declaró: "Ellos establecieron reyes, pero no escogidos por mí" (Oseas 8:4). Parecería que los asmoneos, que eran de la tribu de Leví y no de Judá, también serían considerados reyes ilegítimos sobre el pueblo de Dios. Tal vez por eso su reinado duró sólo unos 100 años. Asimismo, Dios declaró que el sumo sacerdocio pertenecía sólo a Aarón y a los del linaje de Aarón: "tendrán el sacerdocio por derecho perpetuo. Así consagrarás a Aarón y a sus hijos" (Éxodo 29:9). Aunque Matatías y sus descendientes eran levitas y, por tanto, sacerdotes legítimos, no pertenecían al linaje de Aarón y, por consiguiente, no se les permitió llegar a ser sumos sacerdotes. Cuando otros levitas intentaron usurpar el sumo sacerdocio de Aarón en el Antiguo Testamento, Dios abrió la tierra y se los tragó vivos (Números 16:32). Sólo por la gracia de Dios escaparon los asmoneos del mismo destino.

En última instancia, Jesús es nuestro legítimo sumo sacerdote y rey imperante. "Tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos" (Hebreos 8:1). Y el pueblo de Dios espera Su regreso, cuando traerá paz y justicia a toda la tierra (Isaías 11:3-9). Ahora bien, los asmoneos proporcionaron al pueblo judío un breve respiro en medio de una larga historia de vida como nación conquistada. Al igual que su huida de la esclavitud en Egipto se celebra hoy en la festividad de la Pascua judía, la victoria judía sobre el ejército seléucida y la rededicación de su templo se celebran hoy en la festividad de Janucá.

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