¿Cuál es el origen del bautismo?
El bautismo es la expresión pública de la fe de una persona en Jesucristo. La salvación en Jesús es sólo por gracia mediante la fe solamente en Jesús (Efesios 2:8-9). Sin embargo, Jesús ordenó a todos los cristianos que se bautizaran cuando creyeran (Mateo 28:19-20). Jesús se bautizó personalmente como ejemplo a seguir por los cristianos (Mateo 3:13-17). Los apóstoles también fueron bautizados y bautizaron a otros creyentes. Ahora bien, antes de esto, Juan el Bautista ya había tenido un ministerio que llamaba al pueblo judío al arrepentimiento e incluía el bautismo como señal de arrepentimiento: "Bautizaba Juan en el desierto, y predicaba el bautismo de arrepentimiento para perdón de pecados. Y salían a él toda la provincia de Judea, y todos los de Jerusalén; y eran bautizados por él en el río Jordán, confesando sus pecados" (Marcos 1:4-5). El bautismo de Juan no era de salvación, sino de arrepentimiento.
Antes de Juan el Bautista, el bautismo ya existía en la cultura judía. Algunos creen que estaba asociado a la purificación de los sacerdotes con agua antes de desempeñar sus funciones sacerdotales (Levítico 16:4). Levítico 16:23-24 dice: "Después vendrá Aarón al tabernáculo de reunión, y se quitará las vestiduras de lino que había vestido para entrar en el santuario, y las pondrá allí. Lavará luego su cuerpo con agua en el lugar del santuario, y después de ponerse sus vestidos saldrá".
Independientemente de si éste fue el origen del bautismo, la historia judía muestra que las ceremonias judías de limpieza que se asemejaban al bautismo existían claramente durante el período intertestamentario anterior a Juan el Bautista. Su ministerio probablemente utilizó esta práctica existente como método para llamar al arrepentimiento al público en general antes del ministerio de Cristo.
Después del ministerio de Cristo, los primeros creyentes se bautizaban tras profesar fe en Jesús. El día en que comenzó la Iglesia, el día de Pentecostés en Jerusalén, se dice: "Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas" (Hechos 2:41). Otros bautizos notables son el del eunuco etíope (Hechos 8:26-40) y el de Pablo (Hechos 9:18).
Todavía hoy se espera que los creyentes sean bautizados: "Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo" (Mateo 28:19). Al hacerlo, el cristiano expresa públicamente su lealtad a Jesús y su relación con otros cristianos. Aunque hoy en día hay muchos otros interrogantes sobre cómo y cuándo se realiza el bautismo, las Escrituras son claras en cuanto a su importancia para quienes siguen a Jesucristo.
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