¿Cuál es el nuevo mandamiento?

Jesús dijo: "Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros" (Juan 13:34-35).

Durante Su ministerio público, Jesús enfatizó el amor tanto en Sus enseñanzas como en Sus acciones. Cuando le preguntaron cuál era el mayor mandamiento, respondió: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas" (Mateo 22:37-40; cf. Lucas 10,27; Deuteronomio 6:5). Lo que Jesús estaba diciendo en última instancia es que el amor es el cumplimiento de todo lo que Dios nos manda hacer. Si amamos a Dios, no violaremos Sus mandamientos, sino que los cumpliremos (Juan 14:15). Si amamos a nuestro prójimo, no codiciaremos su mujer, ni robaremos su propiedad, ni pecaremos contra él de ninguna manera (Romanos 13:8-10).

Cuando Jesús dijo que estaba dando un nuevo mandamiento, en realidad estaba enfatizando lo que ya había estado enseñando, es decir, que el amor por los demás era el cumplimiento de la Ley. Tampoco fue la única vez que dijo esto. En Juan 15:12 leemos: "Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado". Y más adelante, en el mismo capítulo, Jesús nos dice que nos ordena todas estas cosas para que nos amemos unos a otros (Juan 15:17). En su primera carta, el apóstol Juan reitera esto, diciendo que debemos creer en el nombre de Jesucristo y que "nos amemos unos a otros como nos lo ha mandado" (1 Juan 3:23).

Jesús dijo: "Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos" (Juan 15:13). Luego demostró Su gran amor por nosotros dando voluntariamente Su propia vida en sacrificio por nuestros pecados. En Romanos 5:8 Pablo nos recuerda el gran amor de Dios por nosotros "en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros". No sólo dio Su vida por nosotros, sino que resucitó, demostrando que es quien dice ser (totalmente Dios y totalmente humano) y que Su sacrificio fue el pago suficiente por nuestros pecados. Todos los que ponen su fe en Él reciben la vida eterna por la gracia de Dios y la voluntad de Jesús de hacerse hombre y morir en nuestro lugar (Filipenses 2:5-11; Efesios 2:1-10; Juan 3:16-18).

Los apóstoles entendieron perfectamente lo que Jesús quería decir con este nuevo mandamiento de amarse los unos a los otros, y el Nuevo Testamento está colmado de esta enseñanza. Jesús dijo que "toda la gente" sabrá que somos sus discípulos si "nos amamos unos a otros" (Juan 13:35). Santiago dijo que si realmente amamos a los demás como nos amamos a nosotros mismos, estamos haciendo bien (Santiago 2:8). Pablo dijo a los gálatas que toda la Ley se cumple al amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos (Gálatas 5:14). Juan enseñó que "Dios es amor, y el que permanece en el amor permanece en Dios, y Dios en él" (1 Juan 4:16), y que nosotros amamos porque Dios nos amó primero (1 Juan 4:19).

Lo que vemos claramente es que el amor es el cumplimiento de los mandamientos de Dios. Jesús enfatizó este mandamiento para enseñarnos lo que quiere decir ser conformado a Su imagen (Romanos 8:29). Como toda la Ley y todo lo que enseñaron los profetas se cumple en el mandamiento de amarse unos a otros (Mateo 22:37-40; Lucas 10:27; Romanos 13:8; Gálatas 5:14), entonces el amor es el mandamiento. "En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados. Amados, si Dios nos ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos a otros" (1 Juan 4:10-11). Debemos amar a Dios y a nuestros semejantes. Y no sólo a otros cristianos (1 Tesalonicenses 4:9), sino también a los que nos odian (Éxodo 23:4; Mateo 5:44-48; Lucas 6:27-28; Romanos 12:20-21). En Gálatas 6:10 leemos: "Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe".

El apóstol Juan escribió con respecto al nuevo mandamiento: "Hermanos, no os escribo mandamiento nuevo, sino el mandamiento antiguo que habéis tenido desde el principio; este mandamiento antiguo es la palabra que habéis oído desde el principio. Sin embargo, os escribo un mandamiento nuevo, que es verdadero en él y en vosotros, porque las tinieblas van pasando, y la luz verdadera ya alumbra. El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, está todavía en tinieblas. El que ama a su hermano, permanece en la luz, y en él no hay tropiezo. Pero el que aborrece a su hermano está en tinieblas, y anda en tinieblas, y no sabe a dónde va, porque las tinieblas le han cegado los ojos" (1 Juan 2:7-11).

Caminamos en el nuevo pacto de amor (Efesios 5:2): amor a Dios y amor a nuestro prójimo gracias al inmenso e inquebrantable amor de Dios por nosotros. Es imposible describir aquí la forma tan frecuente y elocuente en que la Biblia habla del amor. Desde el Génesis hasta el Apocalipsis, la Biblia muestra un cuadro del gran amor de Dios. Cuando Jesús habló del nuevo mandamiento, estaba enfatizando que el amor es el cumplimiento de todo lo que Dios nos manda hacer porque hemos sido creados a Su imagen y semejanza: "Dios es amor" (1 Juan 4:8, 16).



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