¿Qué es la misiología?

La misiología es literalmente el estudio de las misiones. En las universidades cristianas, seminarios y otros contextos formales en los que se estudia la labor misionera, el término misiología se utiliza como el título bajo el cual se categorizan las actividades transculturales cristianas. Aunque es un término relativamente nuevo, se basa en el mandato bíblico de llevar el mensaje del Evangelio a todas las naciones (Mateo 28:18-20) y sigue siendo una parte importante de la labor de la iglesia en la actualidad.

Dentro del estudio de la misiología se incluyen tres aspectos importantes. Estos aspectos son la teología (el estudio de Dios revelado en la Biblia), la antropología (el estudio de la humanidad, incluidas la cultura y la religión) y la historia. El campo de la misiología se dedica a comunicar eficazmente la información bíblica en el contexto de otras culturas a través del estudio de estas tres áreas.

En los trabajos de misiología a menudo se encuentran varios temas clave. En primer lugar, está el importante debate sobre el destino de los que nunca han oído el Evangelio. Dios manda a los creyentes que lleguen a los no alcanzados, ofrece el poder de su Espíritu para hacerlo, nos da la sabiduría de la Palabra de Dios y actúa a través de personas y situaciones para llevar el Evangelio a otras personas. Un ejemplo bíblico importante se encuentra en el relato de Cornelio (Hechos 10), un hombre romano que oró a Dios y recibió una visión para que enviara mensajeros a fin de que Pedro fuera a su casa. Como resultado, Cornelio y su familia escucharon el Evangelio y fueron salvos, dando como resultado que muchos nuevos cristianos llegaran a su zona.

Otro aspecto clave de la misiología es la relación entre el cristianismo y otras religiones. Otras religiones son a la vez puntos de conexión y puntos de contraste con los que los misioneros deben familiarizarse y comprender para comunicar mejor el mensaje del Evangelio. Por ejemplo, las culturas politeístas aceptan lo sobrenatural, pero creen en muchos dioses y espíritus. Las culturas musulmanas creen en un Dios y veneran a muchos personajes bíblicos como Abraham, pero tienen creencias muy diferentes en otras áreas. Conocer estas diferencias es importante para comunicar el Evangelio.

Un tercer aspecto importante de la misiología es la cultura. Algunas de ellas, por ejemplo, son muy formales y exigen la aprobación del líder del pueblo o de la tribu antes de compartir información nueva con los miembros de la comunidad. Otras zonas tienen normas estrictas sobre la comunicación entre hombres y mujeres que deben respetarse. Es importante observar estas pautas culturales para poder abrir las puertas a la comunicación con Cristo. Además, es fundamental comprender los aspectos históricos de la cultura, como por ejemplo los problemas del pasado relacionados con los misioneros cristianos.

Estos y otros aspectos de la misiología ofrecen una riqueza de información a aquellos que buscan comunicar la verdad bíblica en situaciones transculturales. Cuanto más estudie una persona en este campo, más eficaz será a la hora de articular mejor las buenas nuevas de Cristo a quienes se encuentran en situaciones culturales diferentes.



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