¿Acaso la ley de Cristo es diferente de la ley de Moisés? Si es así, ¿qué es la ley de Cristo?
La ley de Moisés incluye los Diez Mandamientos, las leyes ceremoniales de los judíos, las leyes dietéticas de los judíos, y mucho más. La ley de Cristo, a la que se hace referencia en Gálatas 6:2 y 1 Corintios 9:21, por lo visto es mucho más simple (en detalles, pero no en aplicación). Estos son los únicos lugares en las Escrituras donde específicamente se menciona la ley de Cristo, y no está definida en ninguno de los pasajes. Generalmente, los estudiosos de la Biblia están de acuerdo en que la ley de Cristo se compone de los mandamientos básicos que Jesús citó en Mateo 22:37-40: "Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas". En otra versión de la historia (Marcos 12:28-34), el que pregunta está de acuerdo con la afirmación de Jesús de que toda la Ley (la ley de Moisés) y los Profetas se basan en estas dos leyes. Jesús mismo dijo: "No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido" (Mateo 5:17-18). Así que la ley de Cristo no es diferente a la ley de Moisés, sino que es una revelación de lo que la ley de Moisés realmente significa para todos los hombres. La ley de Cristo sustituye a la ley de Moisés, pero no la cambia. Resume la ley de Moisés en lo que los cristianos deben seguir: amar a Dios y amar a los demás. Jesús nos liberó de los cientos de leyes de la ley de Moisés. Pero amar a Dios con todo nuestro ser y amar a los demás como a nosotros mismos es la parte más difícil de cumplir en la ley de Moisés. De hecho, es imposible que lo hagamos sin la ayuda de Dios.
Algunas personas han tomado como excusa para pecar el que nosotros, como cristianos, no estemos bajo la ley de Moisés. De hecho, Pablo tuvo que enfrentar esto en Romanos 6. En el versículo 15, dice: "¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia?" Y responde: "En ninguna manera". Ya que, como dijo Jesús, toda la ley de Moisés depende de los mandamientos del amor, y se nos ordena amar como Jesús nos amó (Juan 13:34-35), no podemos usar nuestra libertad de la ley de Moisés como excusa para pecar. En cambio, gracias a ese amor, desearemos evitar el pecado (que nos separa de Dios), y buscaremos el bien para la humanidad. No estaremos atados legalistamente a las reglas, sino que vamos a querer agradar a Dios y mostrar Su amor a todos.
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