¿Por qué algunas iglesias mueren y otras parecen prosperar?

Es obvio que algunas iglesias continúan creciendo sanas y fuertes, mientras que otras decaen y mueren. ¿Por qué?

Hay varias razones por las que algunas iglesias mueren. Primero, una iglesia puede morir porque no tiene actividades evangelísticas. Cuando la congregación no llega a nuevas personas, la iglesia finalmente muere cuando sus últimos miembros lo hacen. La iglesia está diseñada para que sus miembros ayuden a alcanzar a los que están fuera de la iglesia, además de los que ya están allí.

Una iglesia puede morir cuando la comunidad a su alrededor cambia o muere. Por ejemplo, algunas comunidades en América han visto como miles de personas se han mudado en las últimas décadas. Por este motivo, el número de personas que han desaparecido de una iglesia local ha sido tan elevado que ésta se ha visto obligada a cerrar. En otros casos, toda la estructura de un barrio cambia en un periodo de cincuenta años y pasa de un grupo de población étnico a otro. Si la iglesia local no se adapta, con el tiempo dejará de existir.

Una iglesia puede morir por causa de la división. Cuando una iglesia se divide, sean cuales sean las razones, los miembros que quedan pueden ser demasiado pocos para mantener una iglesia local intacta.

Una iglesia puede morir porque no logra vivir sus propósitos. La primera iglesia se concentraba en la Palabra de Dios, la comunión, el partimiento del pan y la oración. Estaban dedicados a Dios y los unos a los otros. Conocían su propósito y lo vivían fielmente. El resultado fue el gozo entre la gente y el crecimiento diario de la iglesia (Hechos 2:42-47). Cuando una iglesia pierde de vista quién es Dios o cuando los miembros no ejercitan sus dones espirituales, la comunidad puede desmoronarse fácilmente.

Un vistazo a las siete iglesias que aparecen en Apocalipsis 2-3 nos ofrece una perspectiva más amplia de los problemas a los que se enfrentan las iglesias y que pueden hacer que mueran. La iglesia de Éfeso era bien conocida en el Nuevo Testamento, pero había perdido su primer amor (Apocalipsis 2:1-7). Otras iglesias habían aceptado ciertas enseñanzas falsas. Una mirada detallada a los problemas a los que se enfrentaron estas siete iglesias nos da una idea de los problemas a los que se siguen enfrentando las iglesias hoy en día.

La mejor manera de evitar que una iglesia muera es mantenerse enfocada en Cristo y en los propósitos que Él ha dado. Incluso si una iglesia se enfrenta a una comunidad en constante cambio, a la división o a la persecución, la iglesia puede prosperar si sigue las prioridades correctas. La iglesia primitiva se enfrentó a mucha oposición, incluyendo la muerte de Esteban (Hechos 7-8) y la dispersión de sus miembros. Sin embargo, la iglesia creció rápidamente, llegando a extenderse por todo el Imperio Romano en el plazo de una generación. Jesús es la Cabeza de la Iglesia y el poder que la sustenta (Mateo 16:18; Efesios 1:18-23; 4:1-16). Cuando una iglesia se centra en Dios y le obedece -enseñando activamente Su Palabra, viviendo según Sus mandamientos, manteniéndose en sintonía con el Espíritu Santo y amando tanto a la comunidad interna como a la externa- puede prosperar.



Verdad relacionados:

¿Cuál fue el propósito de Dios al establecer la iglesia?

¿Qué es la iglesia universal y cómo es diferente de la iglesia local?

¿Qué deberíamos buscar en una iglesia?

¿De qué deberes son responsables los ancianos en la iglesia?

¿De qué deberes son responsables los diáconos en la iglesia?


Volver a:
La verdad sobre la iglesia










Buscar:



Navegación

Acerca

Fe