¿La humanidad realmente tiene libre albedrío?

Esta respuesta depende de la definición de la palabra "libre". Los seres humanos, sin duda, tenemos una voluntad, ya que tomamos decisiones todo el tiempo. Sin embargo, cuando se agrega la palabra "libre", lleva la idea de tomar una decisión / tomar una acción sin influencia o control externo. La Biblia presenta a Dios como absolutamente soberano, en completo control de todo. Nada puede suceder si Dios no lo permite. Entonces no, la voluntad humana no es técnicamente libre.

Incluso fuera de la soberanía de Dios, hay otros factores que restringen la voluntad de la humanidad. La Biblia enseña que todos estamos infectados con el pecado, todos poseemos una naturaleza pecaminosa (Romanos 3:23, 5:12). El pecado nos impide tomar decisiones verdaderamente libres. El pecado nos plaga hasta lo más profundo de nuestro ser. Además, nuestras voluntades están restringidas por nuestras propias limitaciones. Simplemente hay muchas cosas que no somos capaces de hacer. Por ejemplo, no podemos elegir agitar nuestros brazos y volar. Entonces, claramente hay múltiples factores que impiden que nuestras voluntades sean completamente libres.

Sin embargo, la falta de una verdadera voluntad libre no disminuye nuestra responsabilidad por nuestras propias acciones. Tenemos la responsabilidad de elegir correcta y sabiamente. Con respecto a nuestra relación con Dios y la salvación que Él ofrece, la Biblia nos llama a creer y cambiar nuestras mentes (Mateo 3: 2, Hechos 3:19, 1 Juan 3:23). Cada invitación a creer es un llamado a elegir. Una invitación a creer supone la capacidad de elegir creer. No tenemos excusa (Romanos 1: 20-21) si elegimos no creer. Tenemos que enfrentar las consecuencias de nuestros actos si elegimos tomar acciones equivocadas (Gálatas 6: 7).

¿Los seres humanos tienen una voluntad? Sí. ¿Los seres humanos son verdadera y completamente responsables de sus acciones? Sí. ¿Tienen los seres humanos la capacidad de tomar decisiones completamente libres de influencias externas? No. ¿Cómo podemos ser completamente responsables, pero no verdaderamente libres? Ese es el misterio de existir en un universo con un Dios absolutamente soberano.