"Haz a los demás lo que quieras que te hagan a ti" es una afirmación bíblica. De hecho, es más que una afirmación bíblica; es un mandato del propio Jesucristo. En Lucas 6:31 Jesús dice: "»Y así como quieren que los hombres les hagan a ustedes, hagan con ellos de la misma manera." Mateo 7:12 dice: "»Por eso, todo cuanto quieran que los hombres les hagan, así también hagan ustedes con ellos, porque esta es la Ley y los Profetas." El mandamiento de Jesús aparece en el contexto del Sermón de la Montaña, en una sección en la que habla de amar a nuestros enemigos. El instinto natural es odiar a nuestros enemigos y desear que les hagan daño. Jesús dice que Sus hijos deben vivir de otra manera. Debemos amar incluso a nuestros enemigos, y una forma de hacerlo es "hacer a los demás lo que quieres que te hagan a ti".
El mandamiento de Cristo ha sido bautizado acertadamente como "la Regla de Oro" y su sabiduría es reconocida casi universalmente. El mandamiento de Cristo es una "ley de amor" (véase Romanos 13:8-10) que engloba y resume todos los mandamientos de Dios. Por eso Jesús usa la frase: "Porque esta es la Ley y los Profetas". La Regla de Oro es positiva por naturaleza y, con ella, Cristo ordena una acción positiva. En lugar de decirnos simplemente que no odiemos, Cristo nos dice que amemos activamente a los demás. Por ejemplo, ¿quieres que los demás protejan y preserven tu vida cuando estás en peligro? Sí. Por lo tanto, para cumplir la Regla de Oro tendrías que hacer lo mismo con los demás, tratar de proteger y preservar su vida. Poco antes de Su crucifixión, Jesús dijo a Sus discípulos: "»Un mandamiento nuevo les doy: “que se amen los unos a los otros”; que como Yo los he amado, así también se amen los unos a los otros. En esto conocerán todos que son Mis discípulos, si se tienen amor los unos a los otros»." (Juan 13:34-35). "Haz a los demás lo que quieras que te hagan a ti" es una forma de explicar cómo es en la práctica el amor a los demás.