La Biblia presenta muchos ejemplos de personas cuerdas e inteligentes que hablan con Dios: Noé (Génesis 6:13), Abraham (Génesis 12:1), Moisés (Éxodo 3:4), Elías (1 Reyes 19:9-10), David (1 Samuel 23:2), Samuel (1 Samuel 3:10), Jesús (Mateo 3:17; Juan 14:16) y los apóstoles (Hechos 1:8). Aunque las Escrituras muestran que Dios habló audiblemente a ciertos personajes de la Biblia, ese tipo de comunicación no es normativa hoy en día, ya que Él nos ha dado Su palabra escrita y Su Palabra viva, Jesús (Hebreos 1:1-2). Más bien, la Biblia enseña que la oración es una forma clave en que los creyentes hablan con el Señor. El Nuevo Testamento instruye a los cristianos a orar y da muchos ejemplos de ello (Hechos 2:42; Colosenses 1:3, 9; 4:2-4; Santiago 5:13-18; 1 Pedro 4:7; 3 Juan 1:2; 1 Tesalonicenses 5:17; Efesios 6:18). La oración de Jesús en Juan 17 es especialmente digna de mención. También enseñó a Sus discípulos a orar (Lucas 11:2-4; Mateo 6:9-13). Las Escrituras hablan de Su propia autoridad como árbitro final cuando alguien afirma haber oído a Dios (Hechos 17:11; 1 Tesalonicenses 5:21). Los creyentes tenemos el privilegio de hablar con el Señor y saber que Él nos escucha.
En la era de los teléfonos móviles, los amigos son más accesibles que nunca. Hablar con los compañeros de trabajo es tan cómodo como ir a la cafetera de la oficina o a la fuente de agua. Hablar con alguien importante, como el Director General de una empresa, es más difícil; normalmente tenemos que pasar por una jerarquía directiva, y aun así, puede que no lo consigamos. Cuanto más importante es la persona, más improbable es que hablemos con ella. Pero los cristianos tenemos línea directa con el ser más importante, y Él quiere que hablemos con Él. Dios nos ha dicho que nos comuniquemos con Él a través de la oración. Él nos ha hablado a través de Su Palabra viviente llamada Jesús, a través de Su Palabra escrita llamada la Biblia, y a través del impulso del Espíritu Santo. Lo mejor de todo es que cuando queramos hablar con Dios, nunca recibiremos una señal de ocupado, ni nos dejarán en "leer recibo", ni nos pasarán a la gerencia media. Dios sabe lo que queremos antes de que se lo pidamos, pero aún así quiere que le llevemos nuestras peticiones. ¿No es un privilegio que tengamos una invitación abierta para hablar con el Creador del universo? Los creyentes tienen el privilegio de hablar con el Señor y saber que Él nos escucha.