¿Cómo puedo confiar en la fidelidad de Dios?

Cuanto más confíes en Dios, más aprenderás que puedes contar con Él y confiar más en Él.

Para empezar, ¿qué es la fidelidad? La fidelidad es una lealtad absoluta; una manera de servir a los demás sin vacilar, sin dudar, sin cuestionar, sin fingir. Es algo constante. Cuando describimos a Dios como alguien fiel, significa que Él ofrece todo Su poder, Su amor, Su compasión y Su dedicación.

Lamentaciones 3:22-24 dice: "Por la misericordia del Señor no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad. Mi porción es el Señor, dijo mi alma; por tanto, en él esperaré". Dios es fiel, y podemos poner nuestra esperanza y confianza en Él. Una forma de aprender a confiar en Su fidelidad es recordarnos a nosotros mismos versículos como estos.

Muchos cristianos saben a nivel intelectual que Dios es fiel, pero aun así les resulta difícil confiar activamente en Él. Una de las razones podría ser que, como humanos, acostumbramos a centrarnos en lo temporal (aquí y ahora) y en las descripciones terrenales de lo que es bueno, exitoso y beneficioso, en vez de fijarnos en lo que Dios considera de valor eterno y verdaderamente bueno. En pocas palabras, en la práctica la fidelidad de Dios no siempre se parece a lo que nosotros queremos.

En Romanos 8, Pablo habla de la vida en la carne en contraposición a la vida en el Espíritu. Romanos 8 también es donde encontramos un verso de la Biblia que se cita con frecuencia: "Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados" (Romanos 8:28). Cuando nos centramos en las cosas del Espíritu, nuestra perspectiva cambia. Empezamos a ver y a creer que Dios es fiel, aunque nuestras circunstancias terrenales no sean las ideales.

Muchas veces nos cuesta confiar en la fidelidad de Dios porque sabemos que no siempre le somos fieles. La buena noticia para nosotros es que la fidelidad de Dios no depende de la nuestra. Segunda Timoteo 2:11-13 afirma: "Palabra fiel es esta: Si somos muertos con él, también viviremos con él; si sufrimos, también reinaremos con él; si le negáremos, él también nos negará. Si fuéremos infieles, él permanece fiel; Él no puede negarse a sí mismo". Dios es fiel porque es Dios. Nunca dejará de ser fiel a nosotros.

¿Cuáles son algunas formas prácticas para aumentar nuestra confianza en la fidelidad de Dios? Así como desarrollamos la confianza con las personas cuando las conocemos, aprenderemos a confiar en Dios cuando lo conozcamos mejor. La mejor manera de hacerlo es pasar tiempo en la Biblia, asistir a una iglesia que enseñe la Biblia y orar. Haciendo esto, aprenderás sobre el carácter de Dios y podrás confiar en Su fidelidad e inmutabilidad. Él nunca cambia.

Leer la Biblia nos ayuda a entender quién es Dios. Podemos memorizar las Escrituras que hablan de la fidelidad de Dios. También podemos recordar momentos de nuestra propia vida en los que Dios ha sido fiel. Recordar lo que hizo en el pasado es algo que Dios les ordenó hacer a los israelitas. En la comunión, los cristianos recuerdan ceremonialmente la obra de Jesús en la cruz. Al recordar las obras pasadas de Dios nos recuerda que Él es fiel y nos ayuda a confiar en que seguirá siendo fiel.

Otros creyentes pueden alentarnos con las verdades de la Biblia y ayudarnos a recordar la fidelidad de Dios en nuestras vidas. A los creyentes se nos dice: "considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca" (Hebreos 10:24-25). Estar en comunión con aquellos que confían en la fidelidad de Dios puede ser de gran ayuda para aumentar nuestra confianza en Su fidelidad.

La oración es la manera en que nos comunicamos con Dios. Cuando oramos, estamos demostrando que confiamos en Él. Podemos pedirle que nos ayude a aumentar nuestra confianza. Podemos poner nuestras cargas a Sus pies y pedirle que nos sostenga fielmente (1 Pedro 5:7). Él siempre escucha nuestras oraciones (1 Juan 5:14), y cuando no sabemos qué orar, el Espíritu Santo intercede por nosotros (Romanos 8:26). También sabemos que Jesús intercede por nosotros (Hebreos 7:25; Romanos 8:34; 1 Juan 2:1).

Entre más conocemos a Dios, más confiaremos en Su fidelidad. Lo conocemos al confiar en Él, y al conocerlo confiamos más plenamente en Él.



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