¿Qué dice la Biblia?
La Biblia afirma la existencia del infierno, aunque su representación evoluciona a lo largo de los Testamentos. El Antiguo Testamento se refiere al Seol, un reino sombrío de los muertos, sin especificar el castigo eterno (Salmo 6:5; Eclesiastés 9:10), aunque está claro que hay un lado positivo y otro negativo del Seol. El Nuevo Testamento lo aclara, describiendo el infierno como un lugar de tormento eterno, creado para el diablo y sus ángeles, marcado por el fuego, la oscuridad y la angustia (Mateo 25:41; Apocalipsis 20:14-15). El infierno es un lugar real y terrible de separación eterna de Dios, reservado para quienes rechazan la salvación por medio de Jesucristo (Marcos 9:43). Sin embargo, el Evangelio ofrece esperanza: mediante la muerte y resurrección de Jesús, podemos recibir la vida eterna y evitar la terrible realidad del infierno (Juan 3:16-18).