¿Qué es la espiritualidad cristiana?
En la sociedad contemporánea, la espiritualidad cristiana se define generalmente como un conjunto de creencias, valores y forma de vida que reflejan las enseñanzas de la Biblia, el libro sagrado del cristianismo. Se ha dedicado mucha investigación a este tema, desde la práctica hasta la académica. Pero, ¿qué enseña la Biblia sobre este tema? Primero, la espiritualidad cristiana se define bíblicamente como la práctica de las creencias de la fe cristiana. Incluye tanto conocimiento como acción. Por ejemplo, Santiago 1:25 señala: "Pero quien se fija atentamente en la ley perfecta que da libertad, y persevera en ella, no olvidando lo que ha oído, sino haciéndolo, recibirá bendición al practicarla." Desde los primeros escritos del Nuevo Testamento, el principio de fe y acción integradas y auténticas se ha enseñado como esencial para la espiritualidad cristiana.
En segundo lugar, la espiritualidad cristiana se basa en el poder del Espíritu Santo para vivir de acuerdo con la voluntad de Dios. El Espíritu Santo sirve para guiarnos a toda la verdad (Juan 16:13), da gozo (Efesios 5:18) y convence cuando pecamos (Efesios 4:30). Por ejemplo, 1 Juan 1: 5-8 enseña: "Este es el mensaje que hemos oído de él y que les anunciamos: Dios es luz y en él no hay ninguna oscuridad. Si afirmamos que tenemos comunión con él, pero vivimos en la oscuridad, mentimos y no ponemos en práctica la verdad. Pero, si vivimos en la luz, así como él está en la luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesucristo nos limpia de todo pecado. Si afirmamos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y no tenemos la verdad." La verdadera espiritualidad depende del poder sobrenatural que Dios da a través del Espíritu Santo en lugar de depender de la fuerza humana.
En tercer lugar, la espiritualidad cristiana se preocupa por toda la vida de una persona. En lugar de separar los componentes de la vida espiritual, física, financiera, social y otros en áreas distintas, la espiritualidad cristiana se preocupa por cómo toda la vida se conecta con nuestra relación con Dios. Por ejemplo, el uso de nuestras finanzas refleja la actitud de nuestro corazón (Mateo 6:21). La forma en que tratamos nuestro cuerpo refleja nuestra vida espiritual de maneras importantes (1 Corintios 6:20).
Finalmente, la búsqueda de la espiritualidad cristiana resultará en lo que la Biblia llama el fruto del Espíritu: "En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. No hay ley que condene estas cosas.” (Gálatas 5: 22-23). Cuando un creyente vive por el poder del Espíritu de Dios, produce cualidades piadosas y honra a Dios. Como enseñó Jesús: "Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo." (Mateo 5:16). Vista desde esta perspectiva, la espiritualidad cristiana es para el honor de Dios, la madurez personal y sirve como una bendición para los demás, tanto a través de las buenas obras que ocurren como de una actitud de corazón que apunta a otros hacia Dios.
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