¿Qué es la equivalencia dinámica en la traducción bíblica?

La equivalencia dinámica, conocida también como equivalencia funcional, es un enfoque de la traducción bíblica que da prioridad a la legibilidad y comprensión naturales en el idioma de destino más que a la fidelidad literal al texto original. Se ha definido como traducción pensamiento por pensamiento. Su oponente, la equivalencia formal, hace hincapié en la traducción palabra por palabra y en preservar las estructuras gramaticales, con lo que se obtiene una traducción más literal. El enfoque de la equivalencia formal permite que los lectores familiarizados con el idioma original analicen el texto original, resaltando detalles más sutiles de significado y matices. No obstante, la equivalencia dinámica permite a los lectores entender el texto en su propio idioma eliminando modismos y reordenando las palabras para que fluyan con mayor naturalidad en el idioma de destino. La equivalencia dinámica pretende transmitir el mensaje básico del pasaje utilizando un lenguaje y una expresión modernos, mientras que la equivalencia formal pretende conservar el texto original lo más literalmente posible. La equivalencia formal da prioridad a la fraseología del hablante y la dinámica al vocabulario del oyente. Sin embargo, ambos enfoques de la traducción bíblica intentan reproducir fielmente el texto original en el idioma de destino.

Puesto que los idiomas contienen conceptos y palabras para los que no existen equivalentes directos en otros idiomas, en estos casos también la equivalencia formal debe utilizar un enfoque dinámico. La palabra amor es un buen ejemplo. En hebreo hay dos palabras diferentes para "amor" y en griego hay cuatro. Esas seis palabras tienen matices y significados diferentes sin un equivalente directo en cada idioma al que se traduce la Biblia. Por eso, los traductores han introducido modificadores para tratar de comunicar los distintos conceptos, como "amor firme" para el hebreo chesed o "amor fraternal" para el griego philadephia.

En la traducción bíblica existe una serie de equivalencias dinámicas y formales que los traductores utilizan para realizar las distintas traducciones. También hay traducciones que utilizan un enfoque combinado que se encuentra en medio de ese rango, que a veces se denomina "equivalencia óptima". Cada enfoque tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Las traducciones literales hacen más comprensible el idioma original, pero pueden resultar extrañas al lector moderno y a menudo exigen aclaraciones y explicaciones para entender las costumbres culturales, las expresiones idiomáticas y las diferencias gramaticales. Las traducciones dinámicas son más fáciles de entender para el público moderno, pero pueden perder algunos elementos del texto antiguo, como los juegos de palabras, las prácticas culturales y las figuras retóricas. La equivalencia dinámica también conduce a decisiones interpretativas que pueden perder el sentido del texto original o transmitir sólo una parte del mensaje original. Por lo tanto, un enfoque acertado para estudiar la Biblia sería utilizar una mezcla de varias traducciones diferentes. Usa una traducción con el enfoque de equivalencia dinámica para entender el mensaje básico del texto y lo que puede significar para la vida en el mundo de hoy. Luego, utiliza una traducción con el enfoque de equivalencia formal para realizar estudios de palabras y descubrir lo que el pasaje significaba para su audiencia original en la antigüedad y cómo eso puede cambiar tu comprensión del pasaje y lo que significa para ti hoy.



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