¿Qué dice la Biblia sobre el enamoramiento?

Del Antiguo Testamento

• En Génesis 2:21-23, Dios hizo caer un profundo sueño sobre Adán y formó a Eva de una de sus costillas. Cuando Adán despertó, pronunció el primer poema de amor: “Esta es ahora hueso de mis huesos, Y carne de mi carne. Ella será llamada mujer, Porque del hombre fue tomada”.
• En Génesis 29, el amor de Jacob por Raquel era tan fuerte que comprometió siete años de su vida al servicio del padre de Raquel, Labán, a cambio de su mano en matrimonio. Labán accedió a la petición de Jacob, y en el versículo 20 dice que siete años le parecieron a Jacob “le parecieron unos pocos días, por el amor que le tenía.”. Incluso después de que Jacob fuera traicionado por Labán, su amor por Raquel era tan ferviente que accedió a trabajar otros siete años para que fuera su esposa (versículos 22-30).
• En el libro de los Jueces, Sansón se enamoró de mujeres prohibidas. En lugar de casarse con una mujer de su propio pueblo, eligió a una mujer de los rivales de su país, los filisteos. Incluso después de ser traicionado por su esposa, se enamoró de otra mujer filistea, Dalila, que traicionó su confianza no una vez, sino una y otra vez (Jueces 16:7-14). Trágicamente, la mala elección de mujeres por parte de Sansón (y, en última instancia, su desobediencia a Dios) hizo que perdiera su asombrosa fuerza, que le sacaran los ojos y que el Señor se alejara de él (versículos 18-21).
• En el libro de Rut, se encuentra una historia de amor única entre Rut y su pariente redentor, Booz. Aunque Rut procedía de una nación pagana, amaba al Señor Dios. Booz se dio cuenta de que era una mujer hermosa y digna, así que la persiguió con bondad y amor y finalmente la tomó por esposa.
• En Proverbios 5:3-5, se nos advierte que evitemos estar en una relación romántica con parejas impías: “Porque los labios de la mujer extraña destilan miel, Y su paladar es más suave que el aceite; pero al final es amarga como el ajenjo, Aguda como espada de dos filos. Sus pies descienden a la muerte, Sus pasos se aferran al Seol.”.
• Una fuerte advertencia se encuentra en el Cantar de los Cantares 8:4 de no “Que no despertarán ni levantarán a mi amor, Hasta que quiera”. Debemos confiar en la guía del Señor con quien elegimos comprometernos románticamente en lugar de permitir que nuestros sentimientos dicten lo que debemos hacer.
• La historia de amor entre el rey Salomón y su esposa en el Cantar de los Cantares quizá nos ofrezca la imagen más vívida del amor romántico en la Biblia. A lo largo del libro, la pareja expresa todas las intensas emociones del amor, pero es evidente que comparten un amor incondicional basado en el compromiso: “Ponme como un sello sobre tu corazón, Como un sello sobre tu brazo, Porque fuerte como la muerte es el amor, Inexorables como el Seol, los celos; Sus destellos, son destellos de fuego, La llama misma del SEÑOR. Las muchas aguas no podrán extinguir el amor, Ni los ríos lo apagarán. Si el hombre diera todos los bienes de su casa por amor, Solo lograría desprecio” (Cantar de los Cantares 8, 6-7).

Del Nuevo Testamento

• En el Nuevo Testamento encontramos una hermosa historia de amor entre María y José, los padres terrenales de Jesucristo. María, una joven virtuosa, está prometida a un humilde carpintero, José (Lucas 1). En Lucas 1: 26-38, Gabriel, un ángel del Señor, informa a María de que es favorecida por Dios y, aunque es virgen, concebirá un hijo por el Espíritu Santo y dará a luz a Jesús, el Hijo de Dios. Cuando José se entera del embarazo de María, resuelve "divorciarse de ella discretamente" en lugar de ejecutarla o humillarla públicamente, lo que dice mucho de su verdadero amor por María (Mateo 1:18-19). Sin embargo, en Mateo 1:20-25, José tiene un sueño en el que un ángel del Señor le informa de que María dará a luz al Mesías, y de que debe tomarla por esposa y no mantener relaciones sexuales con ella hasta que nazca Jesús. José hace lo que se le ordena y la pareja comienza su singular viaje de criar a Jesucristo (Mateo 1:24-25).
• En 1 Corintios 13:4-7 se describe claramente el verdadero amor: “El amor es paciente, es bondadoso. El amor no tiene envidia; el amor no es jactancioso, no es arrogante. No se porta indecorosamente; no busca lo suyo, no se irrita, no toma en cuenta el mal recibido. No se regocija de la injusticia, sino que se alegra con la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.”. Este tipo de amor debería ser evidente en nuestras relaciones románticas.
• En Colosenses 3:12-14, se instruye a los creyentes a ser amables, humildes, mansos, pacientes, indulgentes, y deben sobre todo “Sobre todas estas cosas, vístanse de amor, que es el vínculo de la unidad.”. Tal armonía debe estar presente para que una relación romántica piadosa funcione bien.

Implicaciones para hoy

Casi todo el mundo desea enamorarse. Como seres humanos, compartimos un anhelo innato de experimentar una conexión especial a nivel del alma con alguien. Si actuamos con un modo de pensar mundano, es fácil seguir el engaño de nuestros corazones (Jeremías 17:9) y excusar el divorcio, el adulterio y el sexo casual. Pero la Biblia no habla de enamorarse. El amor es un compromiso que uno hace para hacer lo que es mejor para otro por el resto de sus vidas. No nos enamoramos tanto como construimos el amor. La Biblia define el verdadero amor como desinteresado, bondadoso, perdonador, unificador, paciente, sanador y sacrificado. Cuando las personas eligen amarse, es un acto de servicio e intencionalidad que no depende de sentimientos románticos, del entorno o de las circunstancias de la vida. Aunque no todo el mundo está diseñado para una relación matrimonial, para muchas personas, enamorarse y casarse es una parte fundamental de sus vidas. En última instancia, si el fundamento de nuestro amor está arraigado en Cristo, seremos capaces de seguir Su ejemplo y extender el amor verdadero a nuestra pareja en todo momento y circunstancia.