¿Qué dice la Biblia?
El crecimiento espiritual es el proceso de asemejarse más a Cristo mediante la fe, la obediencia y la confianza en el Espíritu Santo. Podemos evaluar nuestro crecimiento espiritual observando cómo nuestra vida refleja los frutos del Espíritu Santo mencionados en Gálatas 5:22-23. La madurez y el crecimiento espiritual son importantes para mantenernos firmes en la fe contra las falsas enseñanzas y prácticas, para ayudarnos a soportar las diversas experiencias de la vida y para reflejar a Cristo ante el mundo. El crecimiento espiritual, como parte de la santificación, dura toda la vida. Sucede a medida que cooperamos con Dios en la obra que Él hace en nuestras vidas. Buscar el crecimiento por nuestra cuenta con la lectura de la Biblia, la oración y otras disciplinas espirituales nos ayuda a crecer en Cristo. Participar activamente en la comunidad cristiana y servir también contribuye a nuestra madurez espiritual (Efesios 4:11-16). Aunque podemos buscar activamente el crecimiento, es Dios quien nos capacita y supervisa nuestro progreso (Filipenses 1:6). En nuestro diario caminar con Él, debemos procurar las cualidades piadosas mencionadas en 2 Pedro 1:5-8 y buscar “crecer en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo” (2 Pedro 3:18).