El creacionismo bíblico (ya sea de tierra joven o antigua) es la perspectiva de que el universo fue creado por Dios tal como se describe en la Biblia (Hebreos 11:3). Sin embargo, la Biblia no nos dice explícitamente cuándo creó Dios el universo, la Tierra o sus habitantes. También hay muchos pasajes en los que se debate el nivel de simbolismo del texto. Esto provoca desacuerdos entre los creacionistas de la Tierra Joven (YEC, por sus siglas en inglés) y los creacionistas de la Tierra Antigua (OEC, por sus siglas en inglés) sobre la mejor manera de interpretar el texto bíblico y la evidencia científica. Tanto los YEC como los OEC tienen una alta estima por las Escrituras, pero difieren en la interpretación de la edad de la Tierra.
El creacionismo de la Tierra antigua es un término que engloba varios puntos de vista sobre el desarrollo de la vida. Los cuatro más comunes son:
Creacionismo progresivo: Sostiene que Dios creó por etapas a lo largo de un período prolongado, y que cada etapa se basó en la anterior.
Creacionismo del día-era: Interpreta los seis días de la creación como largos períodos de tiempo, en lugar de días literales de 24 horas.
Teoría de la brecha: Sugiere que existe una brecha de tiempo entre Génesis 1:1 y 1:2, lo que permite una Tierra antigua pero manteniendo una creación literal de seis días.
Evolución teísta: Combina los principios evolutivos darwinianos con una interpretación teísta del papel de Dios en la creación. Algunas versiones de esta idea rechazan la exactitud de la Biblia o niegan la existencia de un Adán y una Eva literales.
El ajuste fino del universo para albergar vida humana es una increíble prueba del diseño divino. La OEC incorpora más fácilmente que la YEC las observaciones naturales, como la velocidad de la luz en comparación con la distancia de las estrellas. Los astrónomos utilizan dos métodos principales para estimar la edad del universo: estudiando las estrellas más antiguas y midiendo la velocidad de expansión del universo. Las observaciones del fondo cósmico de microondas también se utilizan para confirmar una edad estimada de unos 13 700 millones de años, que la mayoría de los OEC aceptan. También aceptan las estimaciones geológicas de una Tierra de 4500 millones de años.
Otras enseñanzas de los creacionistas de la Tierra antigua incluyen: Dios creó milagrosamente el universo a partir de la nada, creó la vida a partir de la no vida e intervino progresivamente en la historia para formar sobrenaturalmente nueva vida. Génesis 1 es un relato fiel de la creación de Dios. La OEC se opone al naturalismo materialista. La edad de la Tierra no tiene nada que ver con la creación de la vida. Una Tierra antigua no equivale a la evolución atea, que los OEC rechazan. El cambio a través de procesos sin sentido y no intencionales no es bíblico. Dios creó milagrosamente a Adán y Eva a imagen y semejanza de Dios, y de ellos se originó el pecado de la humanidad. Las características geológicas de la Tierra se formaron a lo largo de extensas eras. Entre los defensores del punto de vista de la OEC se encuentran: John Lennox, William Lane Craig, C.S. Lewis, Norm Geisler, Greg Koukl, J.P. Moreland, Hugh Ross, Stephen Meyer, Wayne Grudem y Lee Strobel.