¿Cómo puedo controlar mis pensamientos?

Los cristianos están llamados a llevar "...cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo" (2 Corintios 10:5). Sabemos que somos transformados por la renovación de nuestra mente (Romanos 12:2). Pero muchas veces nuestra mente parece estar fuera de nuestro control. Los pensamientos surgen de forma imprevista y no deseada. Nos incitan a pecar o nos asedian con dudas. Así que, ¿cómo podemos controlar estos pensamientos y llevarlos realmente cautivos?

Una técnica habitual de consejería para lidiar con los pensamientos es permitir que los pensamientos se den. En vez de atribuir un significado a nuestros pensamientos como si fueran una acción o una declaración de valores, simplemente tenemos un pensamiento y lo tomamos al pie de la letra. Esto elimina parte del poder que un pensamiento puede tener sobre nosotros. Recibimos nuestros pensamientos como información y luego determinamos cómo responder. Nuestros pensamientos no nos dirigen; nosotros dirigimos nuestros pensamientos.

Segunda Corintios 5:17 declara, "De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas". Una manera de llevar nuestros pensamientos cautivos es recordarnos que somos nuevas criaturas. Sí, estamos en el proceso de santificación y todavía no nos sentimos nuevos, pero a los ojos de Dios somos justos. Cuando un pensamiento no deseado viene a nuestra mente, primero reconocemos el pensamiento y luego lo analizamos a la luz de la verdad de que somos nuevas criaturas. ¿Es este un pensamiento bueno? ¿Es un pensamiento que viene de la nueva creación o de mi naturaleza pecaminosa? Cuando determinemos esto, estaremos mejor capacitados para descartar o actuar sobre el pensamiento.

Otro método útil es la oración. Cuando vivimos en un espíritu de oración (1 Tesalonicenses 5:17), es fácil entregar nuestros pensamientos a Dios. Se reconocerá con mayor claridad lo que no es de Él, porque estamos viviendo estrechamente con Él. Y Él estará ahí para quitarnos ese pensamiento.

Romanos 12:2 dice: "No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta". Cuando nos empapamos de la verdad de la Palabra de Dios, nuestra mente se renueva. Cuando conocemos la verdad, estamos libres (Juan 8:32). Tal vez la mejor manera de tomar el control de nuestros pensamientos es llenar nuestra mente con la verdad y los pensamientos de Dios a través de Su Palabra.

Hay que tener en cuenta que a veces los pensamientos perturbadores, abrumadores, extraños o molestos pueden estar relacionados con ciertas condiciones médicas u otras anormalidades fisiológicas. En estos casos se debe buscar una atención médica apropiada.



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