¿Qué dice la Biblia sobre los chismes?

El chisme es una forma de hablar de alguien a sus espaldas que crea una imagen negativa de la persona de la que se habla. La Biblia señala muy claramente el peligro y el daño que implica participar en el chisme de cualquier manera (ver Proverbios 20:19, por ejemplo). La Biblia habla fuertemente contra el chisme por muchas razones. Por un lado, rompe la confianza entre las personas. "El perverso provoca contiendas, y el chismoso divide a los buenos amigos." (Proverbios 16:28). El chisme no es una característica de Dios. En pocas palabras, nada bueno proviene de él (Proverbios 13:3).

Chismear no significa solo hablar. Puede ser más fácil para algunos abstenerse de chismear que otros en muchas situaciones, pero puede ser muy difícil superar la tentación de escuchar a alguien más que nos cuenta sobre fulano de tal. Escucharlo es tan parte del chisme como hablarlo (Proverbios 17:4).

Es bastante fácil identificar los chismes cuando el contenido es duro y claramente tiene la intención de dañar la imagen de la persona de la que se habla. Colosenses 3: 8 y Santiago 4:11 nos ordenan no difamar a otros. Otros tipos de chismes pueden ser más fáciles de identificar erróneamente como tales. Las insinuaciones sutiles pueden engañar injustamente los pensamientos de alguien sobre una persona (Proverbios 26:20). Comenzar con algo como "No estoy seguro de si esto es cierto o no, pero aparentemente ..." antes de compartir algunas "noticias" interesantes con otros puede hacer que parezca lo suficientemente inocente. ¿Le hará daño a la persona de la que se habla? Tal vez sí, o tal vez no. Santiago 4:17 no deja lugar para ambigüedades: "Así que comete pecado todo el que sabe hacer el bien y no lo hace."

Si no está seguro de si decir algo sería un chisme o no, es mejor pecar de excesivamente cauteloso. No podemos "desmentir" algo que ya hemos dicho. Santiago 3: 5 nos dice qué nuestras palabras son una poderosa herramienta. Es muy fácil caer en el chisme, pero como cristianos, debería ser algo que nos esforzamos por mantener fuera de nuestras vidas e interacciones con los demás, para su beneficio y el nuestro. Efesios 4:29 lo expresa mejor: "Eviten toda conversación obscena. Por el contrario, que sus palabras contribuyan a la necesaria edificación y sean de bendición para quienes escuchan."