¿Pueden los cristianos reprender al diablo? ¿Tienen los cristianos autoridad para reprender a Satanás?

Del Antiguo Testamento

• Las Escrituras dejan claro que el diablo es real. Tentó a Eva en forma de serpiente (Génesis 3) y puso a prueba a Job con muchas dificultades (Job 1-2). La Biblia habla repetidamente del diablo como un ser real y espiritual que se opone a Dios y a Su pueblo.
• Los creyentes necesitan saber que el diablo es menos poderoso que Dios. Solo puede actuar en la medida en que Dios se lo permite. Por ejemplo, cuando el diablo trató de probar a Job, Dios dijo: “Todo lo que él tiene está en tu poder; pero no extiendas tu mano sobre él” (Job 1:12). Dios puso límites a lo que el diablo podía y no podía hacer.
• Los creyentes también deben saber que Satanás no es omnipresente. En otras palabras, no puede estar en todos los lugares en todo momento como Dios (Salmo 139:7-10).

Del Nuevo Testamento

• Algunos cristianos practican y enseñan que tenemos autoridad para reprender al diablo y que debemos hacerlo continuamente, pero la Biblia no apoya esta práctica. De hecho, la única persona que reprendió personalmente al diablo fue Jesús. Cuando fue tentado, Jesús dijo: “¡Vete, Satanás!” (Mateo 4:10).
• Ni siquiera el arcángel Miguel reprendió a Satanás en una disputa, sino que le dijo: “El Señor te reprenda” (Judas 1:9).
• Podemos enfrentarnos a ataques espirituales del diablo y de otros espíritus malignos (Efesios 6:11-12) y se nos pide que nos opongamos a sus maquinaciones; pero no es necesario reprender repetidamente al diablo. Ciertamente, él no está directamente involucrado en cada ataque contra cada cristiano (1 Pedro 5:8).
• Dios ofrece una estrategia mejor para hacer que Satanás huya de nosotros. Santiago 4:7-8 enseña: “Por tanto, sométanse a Dios. Resistan, pues, al diablo y huirá de ustedes. Acérquense a Dios, y Él se acercará a ustedes”. Nos acercamos a Dios, resistimos al diablo y Satanás huirá. No necesitamos ordenarle ni reprenderle.
• Los creyentes también necesitan recordar el fin del diablo. Aunque el diablo puede causar problemas en nuestro mundo hoy, no operará libremente para siempre. Las Escrituras son muy claras con respecto al futuro juicio de Satanás. Apocalipsis 20:10 enseña: “Y el diablo que los engañaba fue arrojado al lago de fuego y azufre, donde también están la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos”.

Implicaciones para hoy

Satanás es poderoso, pero su poder no se compara con el de Dios. Cuando los creyentes están llenos del Espíritu de Dios y se acercan al Señor, Satanás no tiene poder ni autoridad, aparte del permiso de Dios mismo. No necesitamos temerle ni buscar reprenderlo. Dios ya tiene a Satanás bajo Su control. Nuestro enfoque debe ser acercarnos a Dios y confiar en Su gran poder. En la vida diaria, podemos enfrentar luchas espirituales o sentir el peso de las tentaciones, pero es importante recordar que no necesitamos temer o sentir la necesidad de reprender al diablo directamente. Por ejemplo, cuando enfrentamos una tentación difícil en el trabajo, en lugar de centrarnos en reprender al diablo, podemos someternos a Dios en oración, resistir la tentación y confiar en que el poder de Dios es mayor que cualquier oposición espiritual (Santiago 4:7-8). En tiempos de angustia, como al lidiar con ansiedad o luchas emocionales, podemos acercarnos a Dios leyendo Su Palabra, adorando y rindiéndole nuestras preocupaciones, sabiendo que Satanás no tiene autoridad sobre nosotros si somos salvos. No necesitamos reprender al diablo porque Dios ya lo tiene bajo control. Así como los hijos dependen de sus padres, nosotros debemos confiar en la presencia y el poder de Dios para vivir en fe. Cuando nos enfocamos en Dios y Su autoridad, Satanás huye; él no puede enfrentarse a la fuerza que viene de nuestra relación con el Señor.