¿Quién era Tomás en la Biblia?

Del Antiguo Testamento

• Tomás no se menciona en el Antiguo Testamento.

Del Nuevo Testamento

• Tomás fue uno de los doce discípulos de Jesús. A veces se le conoce por su nombre griego, Dídimo. Tanto Tomás como Dídimo significan “gemelo”, aunque la Biblia nunca menciona explícitamente que tuviera un gemelo (Juan 11:16; 20:24). Tomás figura en todas las listas de discípulos de Jesús (Mateo 10:2-4; Marcos 3:14-19; Lucas 6:13-16; Hechos 1:13) y también en algunos acontecimientos importantes del libro de Juan.
• Cuando murió Lázaro, el querido amigo de Jesús, los discípulos temieron ir a llorar por él a la ciudad de Betania porque mucha gente quería a Jesús muerto. Ir cerca de Jerusalén los pondría a todos en peligro. Sin embargo, Tomás animó a sus condiscípulos a seguir a Jesús aunque eso les llevara a la muerte (Juan 11:1-16).
• Cuando Jesús explicó a sus discípulos que pronto los dejaría y que les prepararía un lugar en el cielo. Los discípulos aún no comprendían que Jesús estaba describiendo Su muerte y resurrección. Tomás pidió que le aclararan cómo podía seguir a Jesús si no sabía adónde iba (Juan 14:5). Jesús respondió con las famosas palabras: “Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por Mí” (Juan 14:6). A través de la pregunta de Tomás recibimos el claro mensaje de que la salvación solo pasa por Jesús.
• Pocos días después de la muerte de Jesús, los discípulos estaban reunidos en una habitación cerrada, pero Tomás no estaba con ellos. Jesús apareció en la habitación, y los discípulos le contaron a Tomás la buena noticia de la resurrección de Jesús (Juan 20:19-24). Tomás respondió: “Si no veo en Sus manos la señal de los clavos, y meto el dedo en el lugar de los clavos, y pongo la mano en Su costado, no creeré” (Juan 20:25). Tomás sabía que Jesús había sido crucificado y había muerto. Su petición de pruebas de la resurrección de Jesús parece natural.
• Una semana después, Jesús se apareció de nuevo ante los discípulos y Tomás estaba con ellos. Le dijo a Tomás: “Acerca aquí tu dedo, y mira Mis manos; extiende también tu mano y métela en Mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente». Tomás respondió y le dijo: «¡Señor mío y Dios mío!». Jesús le dijo: «¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que no vieron, y sin embargo creyeron»” (Juan 20:27-29). Tomás había pedido pruebas, y cuando Jesús se las dio, su respuesta fue confiar y creer en Jesús.

Implicaciones para hoy

Tomás estaba dispuesto a seguir a Jesús en situaciones de peligro. También hizo preguntas aclaratorias y quería pruebas antes de creer en las afirmaciones de otros. Las preguntas de Tomás no significaban que su fe no fuera sincera. Su duda no era un rechazo voluntario de la verdad. Más bien, hacía preguntas honestas e investigaba. Como muchos de nosotros, Tomás quería pruebas concretas para dar sentido a lo aparentemente imposible: Jesús resucitando de entre los muertos. Los cristianos no siguen a Jesús ciegamente o por ignorancia. Los creyentes llegan a la conclusión de que Jesús es el Señor a través de la Biblia, el testimonio de otros creyentes, la experiencia personal de la obra de Dios en sus vidas y la obra del Espíritu Santo. Puedes acercarte a Jesús con tus dudas y preguntas. Jesús no se lo reveló todo a Tomás, pero le respondió lo que necesitaba saber para Seguirle. Del mismo modo, puede que no tengamos todas las respuestas de la vida, pero podemos acudir a la Biblia y orar a Dios para que podamos crecer en conocimiento y saber lo que necesitamos para poder seguir fielmente a Jesús.