Siclag, ciudad del sur de Israel heredada por la tribu de Simeón, se convirtió en el refugio de David frente a la persecución del rey Saúl. Tras huir al rey filisteo en busca de protección, David recibió Siclag como territorio propio. Sirvió de fortaleza donde David reunió a guerreros leales y se preparó para convertirse en el próximo rey de Israel. A pesar de la importancia de Siclag, David no atribuyó su seguridad a la ciudad sino a Dios, reconociéndolo como su refugio y libertador. La ciudad de Siclag es un recordatorio tangible de que la verdadera seguridad y el refugio se encuentran en la confianza en el Todopoderoso, más que en lugares físicos como Siclag.
Aunque Siclag era el refugio de David frente a las intenciones asesinas de Saúl y una fortaleza desde la que entrenar guerreros fuertes, David reconoció que Dios mismo era responsable de la seguridad de David. En el Salmo 144, David declaró: “Bendito sea el SEÑOR, mi roca, Que adiestra mis manos para la guerra, Y mis dedos para la batalla. Él es mi misericordia y mi fortaleza, Mi baluarte y mi libertador, Escudo mío en quien me he refugiado, El que sujeta a mi pueblo debajo de mí” (Salmo 144:1-2). David no daba crédito a Siclag por ser una ciudad tan defendible o próspera. No consideraba a Siclag su refugio o fortaleza, sino que solo reconocía a Yahvé como su fuente de seguridad. El Salmo 18 registra que David “dirigió al SEÑOR las palabras de este cántico el día que el SEÑOR lo libró de la mano de todos sus enemigos, y de la mano de Saúl. Y dijo: «Yo te amo, SEÑOR, fortaleza mía. El SEÑOR es mi roca, mi baluarte y mi libertador; Mi Dios, mi roca en quien me refugio; Mi escudo y el poder de mi salvación, mi altura inexpugnable»” (Salmo 18:1-2). Así pues, aunque otros registraron que Siclag fue una ciudad de refugio para David y sus hombres y un lugar donde Dios levantó un ejército en torno a este futuro rey, David sabía que la ubicación geográfica era de poca importancia mientras depositara su confianza en el Único Dios Verdadero. Siclag es una ciudad recordada como perteneciente a David y a su línea real, un lugar de refugio, originalmente heredado por la tribu de Simeón. Sin embargo, también debería recordar a los lectores que la verdadera seguridad y refugio se encuentran en el Dios digno de confianza de la Biblia.