La Fiesta de la Dedicación - ¿Qué es?

¿QUÉ DICE LA BIBLIA?

La Fiesta de la Dedicación, también conocida como Janucá o la Fiesta de las Luces, tiene su origen en los acontecimientos del período intertestamentario. En esa época, Judá Macabeo dirigió una revuelta contra Antíoco IV, recuperando y volviendo a dedicar el templo alrededor del año 165 a. C. Los judíos conmemoran anualmente esta victoria durante ocho días a partir del 25 de Kislev, celebrando la liberación de Dios y el milagro del aceite de la menorá, que ardió durante ocho días aunque solo había provisión para uno. La fiesta tiene lugar en invierno y se menciona en Juan 10:22-23. Hoy en día, la Fiesta de la Dedicación sirve para recordar la luz y la fidelidad de Dios, haciendo eco de la declaración de Jesús de que Él es la “Luz del mundo” (Juan 8:12).

DEL ANTIGUO TESTAMENTO

• La Fiesta de la Dedicación se menciona en el Nuevo Testamento, aunque el inicio de la fiesta se remonta a acontecimientos ocurridos antes de Cristo.
• La historia de esta fiesta comienza alrededor del año 198 a. C., cuando el Imperio seléucida, con el rey Antíoco III, se apoderó de Judea y Samaria. Antíoco III fue bastante tolerante con los judíos y les permitió seguir viviendo según sus costumbres. Sin embargo, alrededor del 175 a. C., su hijo Antíoco IV ascendió al trono. Hacia el 168 a. C., este masacró a muchos judíos, prohibió el judaísmo y saqueó el templo. Cerca del 167 a. C., Antíoco IV llegó a erigir un altar a Zeus en el templo y lo profanó sacrificando cerdos en él. El pueblo judío se horrorizó, por lo que Judá Macabeo (que significa Judá “el Martillo”) lideró una revuelta. Alrededor del 165 a. C., Judá Macabeo y sus seguidores lograron recuperar el templo, dando inicio al reino judío de los asmoneos, que duró hasta el 63 a. C., cuando Jerusalén cayó bajo el dominio romano.
• Cuando Judá Macabeo reconquistó el templo, ordenó su limpieza, la construcción de un nuevo altar y la fabricación de nuevos vasos sagrados. Después de estos pasos, el templo fue dedicado de nuevo al Señor. Sin embargo, se necesitaba aceite de oliva puro, consagrado con el sello del sumo sacerdote, para encender la menorá (o candelabro) del templo, la cual debía arder durante toda la noche, cada noche. Desgraciadamente, solo se encontró un frasco con aceite suficiente para arder durante un día. Sin embargo, cuando los judíos vertieron el aceite y encendieron la menorá, ¡ardió durante ocho días! Este período de ocho días era precisamente el tiempo necesario para preparar un nuevo suministro de aceite consagrado para la menorá. Este milagro se conmemora durante la Fiesta de la Dedicación.

DEL NUEVO TESTAMENTO

• La Fiesta de la Dedicación es una festividad judía mencionada en Juan 10:22-23. El pasaje dice: “En esos días se celebraba en Jerusalén la fiesta de la Dedicación. Era invierno, y Jesús andaba por el templo, en el pórtico de Salomón”. Hoy en día, esta fiesta judía es quizá más conocida como Janucá o la Fiesta de las Luces.
• Esta fiesta de invierno dura ocho días y comienza el 25 de Kislev, a finales de noviembre o diciembre, según el calendario lunisolar judío. Durante la Fiesta de la Dedicación, los judíos celebran la nueva dedicación del segundo templo, tal como se relata en los libros de Primer y Segundo Macabeos, escritos en el período intertestamentario.

IMPLICACIONES PARA HOY

La Fiesta de la Dedicación se ha observado durante miles de años para celebrar la protección de Dios y la victoria que otorga a Su pueblo fiel, que está dispuesto a adorarlo valientemente frente a la persecución. Puesto que también se la conoce como la Fiesta de las Luces, recordemos que Jesús declaró ser la “Luz del mundo” en Juan 8:12; y Apocalipsis 21:23 dice que la Nueva Jerusalén “no tiene necesidad de sol ni de luna que la iluminen, porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera”. Esta fiesta puede recordar a los cristianos al Dios fiel y dador de luz al que servimos.

COMPRENDE

• La Fiesta de la Dedicación, o Janucá, tiene su origen en el siglo II a. C., cuando Judá Macabeo lideró una revuelta contra Antíoco IV, recuperando y volviendo a dedicar el templo judío de Jerusalén.
• Durante la nueva dedicación, una pequeña cantidad de aceite ardió milagrosamente durante ocho días en la menorá del templo, simbolizando la intervención y fidelidad de Dios.
• La Fiesta de la Dedicación se menciona en Juan 10:22-23, donde Jesús está presente durante la fiesta en Jerusalén, lo que revela su importancia en la tradición y la historia judías.

REFLEXIONA

• ¿De qué manera el milagro del aceite durante Janucá alienta tu fe en tiempos difíciles?
• ¿Cómo puede la valentía de Judá Macabeo inspirar hoy tu compromiso con Dios?
• ¿De qué manera el hecho de que Jesús sea la “Luz del mundo” te desafía o te anima a difundir la luz de Dios?

PONLO EN PRÁCTICA

• La Fiesta de la Dedicación se celebra encendiendo las velas de un candelabro de nueve brazos, llamado januquiá. Cada noche se enciende la vela especial, llamada shamash, con la que se encienden las ocho velas restantes, una cada noche hasta la última de la fiesta. Esto se hace para recordar los ocho días que duró el aceite en la nueva dedicación del segundo templo. La recitación del Salmo 30:1-12 es también una parte importante de la Fiesta de la Dedicación por sus temas de la victoria de Dios sobre los enemigos y la sustitución del luto y la tristeza por la esperanza y la alegría. Otras festividades de Janucá incluyen jugar al dreidel y comer alimentos fritos en aceite, como buñuelos y latkes.
• ¿De qué manera la comprensión del contexto histórico de Janucá enriquece su significado espiritual tanto para judíos como para cristianos?
• ¿Qué paralelismos pueden establecerse entre la menorá de Janucá y nuestro llamado a hacer brillar la luz de Dios en el mundo de hoy?