¿Ofrece la Biblia consejos sobre la gestión de las finanzas?
En resumen:
Las instrucciones y consejos bíblicos sobre la gestión de las finanzas se reducen a buscar la sabiduría, evitar las deudas y dar en lugar de acumular. Nuestras finanzas pertenecen a Dios, y debemos buscar Su sabiduría para administrarlas de una manera que le honre.
¿QUÉ DICE LA BIBLIA?
La Biblia enseña que administrar las finanzas con prudencia implica evitar el endeudamiento irresponsable, trabajar con diligencia y ser generoso, en lugar de atesorar riquezas. Advierte contra el amor al dinero, ya que la riqueza es temporal y no satisface. Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento animan a administrar sabiamente, a planificar el futuro y a utilizar el dinero para satisfacer las necesidades y glorificar a Dios. Estamos llamados a dar con generosidad y alegría, confiando en la provisión de Dios. En última instancia, nuestras finanzas pertenecen a Dios, y debemos buscar Su sabiduría para administrarlas de una manera que le honre.
DEL ANTIGUO TESTAMENTO
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Proverbios 6:1-5 compara la deuda con ser cazado y atrapado por un cazador: “Hijo mío, si te haces fiador de tu amigo, o si te haces responsable de alguien a quien apenas conoces, si tú mismo te comprometiste y has quedado atrapado en tus propias palabras, entonces has caído en las manos de tu amigo. Haz esto que te digo para poder librarte: trágate tu orgullo y suplícale que deshaga el compromiso. No lo dejes para después. Hazlo ahora. No descanses hasta que lo hayas hecho. Libérate, como se libera la gacela del cazador, o como se libera el ave de la trampa”. Proverbios 6 también advierte contra la pereza. Endeudarse o administrar mal las finanzas como resultado de la pereza es un pecado. Otros proverbios sobre pedir prestado, o endeudarse, son Proverbios 20:16 y 22:7, 26-27. Proverbios 11:4 dice: “De nada sirven las riquezas el día de la ira, pero la justicia libra de la muerte”. El dinero no resolverá nuestro mayor problema, la separación de Dios debido al pecado (ver Romanos 3:23; 6:23). Proverbios 23:5 nos dice que las riquezas se hacen alas a sí mismas. La riqueza y el dinero no duran para siempre. Proverbios 27:23-24 dice: “Sé diligente en conocer el estado de tus ovejas; mira con cuidado por tus rebaños, porque las riquezas no duran para siempre, ni la corona es para generaciones perpetuas”. Hay sabiduría en tener una visión precisa de tus finanzas, así como en planificar el futuro. La riqueza es efímera. En Proverbios 28:19-20 se observa un contraste entre los que trabajan para ganarse la vida, los que no lo hacen y los que se centran en enriquecerse: “El que labra su tierra se saciará de pan, pero el que sigue a los ociosos se llenará de pobreza. El hombre fiel tendrá muchas bendiciones, pero el que se apresura a enriquecerse no quedará sin culpa”. Eclesiastés 5:10 nos dice que nunca hay riqueza suficiente para satisfacer a alguien obsesionado con hacer dinero. “¿Cuánto es suficiente?”, dice la vieja pregunta. “Solo un dólar más”, es la respuesta común. En otras palabras, nunca es suficiente. Perseguir la riqueza por sí misma es, en última instancia, una búsqueda inútil.
DEL NUEVO TESTAMENTO
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La Biblia nos advierte contra el amor al dinero (1 Timoteo 6:10; Mateo 6:24). No debemos acumular riquezas porque sí; las finanzas no son para acapararlas (Маtthew 6:19-21; Luke 12:16-21). Debemos ser personas generosas, que trabajan duro y utilizan su dinero para el bien y la gloria de Dios: “Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra en abundancia, en abundancia también segará. Cada uno dé como propuso en su corazón, no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre” (2 Corintios 9:6-7).
IMPLICACIONES PARA HOY
Nuestras finanzas pertenecen a Dios y están destinadas a ser usadas para Sus buenos propósitos: proveer para nuestras necesidades y las de nuestra familia, tanto ahora como en el futuro (1 Timoteo 5:8), dar generosamente para apoyar la obra del ministerio de Su reino (1 Corintios 9:14; Gálatas 6:6), dar generosamente a los necesitados (1 Juan 3:17-18; Santiago 1:27; Proverbios 19:17; 22:9, 16; 31:8-9), e incluso usarlas para disfrutar de Sus buenos dones en cosas que nos producen placer. Debemos ser mayordomos sabios, fieles con cualquier cantidad que Dios nos haya dado (Lucas 16:1-13). Ser rico no está mal. Ser pobre no está mal. Amar el dinero, despilfarrarlo y acumularlo no está bien. Podemos administrar mejor nuestras finanzas cuando ponemos nuestras mentes y corazones en las cosas que Dios valora, le entregamos nuestras vidas y todo lo que tenemos, y vivimos con los ojos puestos en Su reino (Mateo 6:19-34). Podemos vivir con las manos abiertas, confiando en que nuestro fiel Dios proveerá para nuestras necesidades. Trabajamos duro, gastamos sabiamente y damos generosamente. Pedimos a Dios Su sabiduría para administrar mejor todo lo que Él nos da, incluidas las finanzas (Santiago 1:5-6).
COMPRENDE
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Necesitamos buscar la sabiduría de Dios en el manejo de las finanzas para honrarlo.
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Debemos evitar las deudas y trabajar diligentemente, confiando en que Dios proveerá.
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Debemos ser generosos con nuestras finanzas, en lugar de acumular riquezas, usando el dinero para el bien y la gloria de Dios.
REFLEXIONA
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¿Cómo procuras honrar a Dios con la forma en que administras tus finanzas?
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¿En qué áreas de tu vida te sientes tentado a depender del dinero, en lugar de confiar en la provisión de Dios?
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¿Qué opinas del equilibrio entre ahorrar y dar generosamente, y dónde puede estar Dios llamándote a crecer en alguna de estas áreas?
PONLO EN PRÁCTICA
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¿Cómo podemos animarnos unos a otros en los principios bíblicos de la administración financiera?
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¿Cómo crees que la visión que nuestra cultura tiene del dinero y el éxito difiere de las enseñanzas de la Biblia, y cómo podemos alinearnos más con la perspectiva de Dios?
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¿Cómo podemos, como grupo, animarnos unos a otros a vivir con generosidad y confiar en la provisión de Dios?
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