¿Qué dice la Biblia sobre las canas?
En resumen:
Las canas son un símbolo de edad y sabiduría. La Biblia nos llama a cuidar de quienes tienen canas, y llama a quienes las tienen a buscar al Señor y vivir para Él incluso en la vejez.
¿QUÉ DICE LA BIBLIA?
La Biblia utiliza las canas como símbolo de vejez y sabiduría. Exhorta a honrar y cuidar a las personas mayores. Las canas son un signo de experiencia y de una vida recta (Levítico 19:32; Proverbios 16:31). También se consideran una bendición y un recordatorio de la presencia y la provisión continuas de Dios, incluso en la vejez (Isaías 46:3-4; Rut 4:14-15). La Biblia anima a las generaciones mayores a dar testimonio de la fidelidad de Dios y a dar fruto aun en la vejez (Salmo 92:14-15). Junto con el honor y el cuidado que conlleva envejecer, las canas sirven como un recordatorio de nuestro tiempo limitado en la tierra, instándonos a buscar al Señor y vivir para Él (Oseas 7:9-10; Hebreos 9:27).
DEL ANTIGUO TESTAMENTO
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El color del cabello de la mayoría de las personas comienza a desvanecerse en la mediana edad y continúa perdiendo color hasta volverse completamente gris, plateado o blanco cuanto más viven. Por eso, en la Biblia, las canas se utilizan como símbolo de la vejez. Por ejemplo, al expresar que todas las personas de la comunidad se enfrentarían a Su juicio, Dios dijo: “Tanto al joven como a la virgen, al niño de pecho como al hombre encanecido” (Deuteronomio 32:25).
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La Biblia enseña que las personas mayores deben ser honradas. Dios ordenó en Levítico 19:32: “Delante de las canas te pondrás en pie; honrarás al anciano, y a tu Dios temerás. Yo soy el Señor”. Además de haber aprendido y adquirido sabiduría, las canas y la vejez suelen venir acompañadas de una disminución de la fuerza física, por lo que estas personas también pueden necesitar protección y cuidados. El respeto, la gratitud y el cuidado son formas de honrar a quien envejece.
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La Biblia anima a la gente a ver las canas como “una corona de gloria,” (Proverbios 16: 31) y como "la honra de los ancianos, sus canas.” (Proverbios 20:29). El envejecimiento (y las canas que lo acompañan) se considera una bendición y un privilegio por el cual dar gloria a Dios, y un recordatorio de que no tenemos el control de nuestras propias vidas y circunstancias.
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Dios, que es soberano, prometió estar con nosotros a lo largo de toda la vida, incluida la vejez. En Isaías 46:3-4 declaró: “Escúchenme, casa de Jacob, Y todo el remanente de la casa de Israel, Los que han sido llevados por Mí desde el vientre, cargados desde la matriz. Aun hasta su vejez, Yo seré el mismo, Y hasta sus años avanzados, Yo los sostendré. Yo lo he hecho, y Yo los cargaré; Yo los sostendré, y Yo los libraré”. La presencia de Dios en nuestras vidas es continua desde el principio hasta el final.
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Dios cuida de nosotros incluso en la vejez, cuando nuestro cabello está canoso. Un ejemplo es Noemí, que experimentó la provisión de Dios en su vejez cuando su nuera Rut dio a luz un hijo. Su comunidad comentó: “Entonces las mujeres dijeron a Noemí: «Bendito sea el S eñor que no te ha dejado hoy sin redentor que su nombre sea célebre en Israel. Que el niño también sea para ti restaurador de tu vida y sustentador de tu vejez; porque tu nuera, que te ama y que es de más valor para ti que siete hijos, lo ha dado a luz” (Rut 4:14-15).
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Un salmista oraba: “Oh Dios, Tú me has enseñado desde mi juventud, Y hasta ahora he anunciado Tus maravillas. Y aun en la vejez y las canas, no me desampares, oh Dios, Hasta que anuncie Tu poder a esta generación, Tu poderío a todos los que han de venir” (Salmo 71:17-18).
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Del mismo modo, en el Salmo 92:14-15 el salmista escribió que los justos “aun en la vejez darán fruto; Estarán vigorosos y muy verdes”. Las generaciones mayores deben aprovechar la bendición de la vejez para dar testimonio de la fidelidad de Dios a las generaciones más jóvenes.
DEL NUEVO TESTAMENTO
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En Mateo 5:36 Jesús señaló que nadie puede controlar cómo le crece el pelo. Dijo: “ni jurarás por tu cabeza, porque no puedes hacer blanco o negro ni un solo cabello.”. Aunque hoy tenemos la tecnología para cubrir las canas con tinte una vez que han salido del cuero cabelludo, en última instancia no tenemos control sobre nuestro propio cabello. Sin embargo, no tenemos por qué temer. Dios se preocupa mucho por nosotros. Jesús dijo a sus seguidores que “hasta los cabellos de tu cabeza están todos contados. No temas; vales más que muchos pajarillos”, cinco de los cuales “¿se venden cinco pajarillos por dos moneditas? Y sin embargo, ni uno de ellos está olvidado ante Dios” (Lucas 12:6-7).
IMPLICACIONES PARA HOY
Aunque las canas representan la vejez, son un signo de honor para los demás, constituyen un privilegio y no excluyen a una persona de la poderosa presencia de Dios, también son una llamada a una seria reflexión sobre uno mismo. Dios advirtió a través del profeta Oseas sobre Efraín: “Devoran extranjeros su fuerza, Y él no lo sabe; También tiene cabellos canos, Y él no lo sabe. Testifica contra él el orgullo de Israel, Pero no se han vuelto al Señor su Dios, Ni lo han buscado a pesar de todo esto” (Oseas 7:9-10). Las canas pueden ser un recordatorio para “buscar al Señor mientras puede ser hallado” (Isaías 55:6).
La carta a los Hebreos enseña que “está decretado que los hombres mueran una sola vez, y después de esto, el juicio” (Hebreos 9:27). Así que las canas pueden ser un recordatorio de la inminencia de la muerte y de la necesidad de mantener una relación correcta con Dios. Afortunadamente, la carta a los Hebreos prosigue: “así también Cristo, habiendo sido ofrecido una vez para llevar los pecados de muchos, aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvación de los que ansiosamente lo esperan” (Hebreos 9:28). Jesús ha preparado el camino para que personas de todas las edades puedan estar en una relación correcta con Dios, para salvarlas de la condenación (Juan 3:16-18, 36; Hechos 4:12; 1 Corintios 15:17-21; Efesios 2:1-10). Para los que no conocen a Dios, las canas deberían ser un catalizador para depositar la fe en Jesús y recibir la salvación antes de la muerte inminente. Para los que son seguidores de Jesús, las canas pueden ser un recordatorio para terminar bien (2 Timoteo 4:7-8; Hebreos 12:1-2). Que tengamos la experiencia íntima de Jacob, que en su lecho de muerte declaró que Dios había “sido mi pastor toda mi vida hasta el día de hoy” (Génesis 48:15) y la confianza de David para decir: “Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, Y en la casa del Señor moraré por largos días” (Salmo 23:6).
COMPRENDE
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Las canas representan la vejez, a menudo con la sabiduría que esta conlleva.
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Estamos llamados a honrar y cuidar a los ancianos.
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Las canas nos recuerdan que nuestro tiempo en la tierra es limitado, y que estamos llamados a buscar al Señor y a vivir para Él incluso en la vejez.
REFLEXIONA
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¿Cómo puedes honrar y cuidar a aquellos en tu vida que son mayores y tienen canas?
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¿Qué significa para ti buscar al Señor y vivir para Él a medida que envejeces, o cuando observas a otros en sus últimos años?
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¿De qué manera la presencia de canas en otros o en ti mismo sirve como recordatorio de la fidelidad de Dios y de la importancia de vivir intencionalmente para Él?
PONLO EN PRÁCTICA
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¿Cómo podemos apoyar y animar a las generaciones mayores para que sigan dando fruto y testimonio de la fidelidad de Dios, como se ve en el Salmo 92:14-15?
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¿Cómo podemos honrar a las personas mayores y cuidar de ellas, reconociendo la realidad de que las canas también señalan el recordatorio del tiempo limitado de la vida?
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¿Qué significa “terminar bien” en nuestra fe cristiana, especialmente cuando nos acercamos a la vejez, y cómo podemos animarnos unos a otros en este sentido?
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