¿Quién era Abel en la Biblia?
En resumen:
Abel, hijo de Adán y Eva, murió inocente a manos de su hermano, un hecho que prefiguró la muerte de Jesús. Su fe nos motiva a seguir a Dios sin importar lo que hagan los demás.
¿QUÉ DICE LA BIBLIA?
Abel es el segundo hijo de Adán y Eva mencionado por nombre y hermano de Caín. Sus ofrendas fueron aceptables para Dios, mientras que los sacrificios de su hermano no. Enfurecido, Caín mató a Abel, cometiendo así el primer asesinato registrado en la Biblia. Dios castigó a Caín por su pecado, pero también proveyó redención a través de Set, el hijo que Adán y Eva tuvieron tras la muerte de Abel. La Biblia considera justo a Abel, y su fe lo convirtió en un verdadero adorador de Dios. Su justicia es un ejemplo para nosotros, y su muerte prefiguró el derramamiento de la sangre inocente de Jesús por nosotros.
DEL ANTIGUO TESTAMENTO
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Abel fue el segundo hijo de Adán y Eva mencionado por nombre (Génesis 4:2).
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Abel era pastor y trajo los primogénitos de su rebaño, con su grasa, como ofrenda al Señor (Génesis 4:4). De esta manera, Abel dio a Dios lo mejor que tenía, y sus sacrificios agradaron al Señor.
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Caín, el hermano de Abel, era agricultor, pero sus sacrificios no agradaron a Dios. El Señor le dijo a Caín que su sacrificio podría ser aceptable si obraba bien (Génesis 4:7). No obstante, la ira y los celos se apoderaron de Caín, quien mató a Abel, convirtiéndolo así en la primera persona asesinada (Génesis 4:2-8).
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Después de que Caín mató a Abel, Dios lo confrontó y lo condenó a una vida errante: “Y el Señor le dijo: «¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a Mí desde la tierra. 11 Ahora pues, maldito eres de la tierra, que ha abierto su boca para recibir de tu mano la sangre de tu hermano. Cuando cultives el suelo, no te dará más su vigor. Vagabundo y errante serás en la tierra»” (Génesis 4:10-12).
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La redención para el linaje familiar llegó a través de Set, el hijo que Adán y Eva tuvieron tras la muerte de Abel. Dios lo designó para sustituir a Abel (Génesis 4:25). La familia de Set fue justa y adoró a Dios correctamente, tal como lo había hecho Abel (Génesis 4:26). Del linaje de Set provinieron Enoc, Noé y, finalmente, toda la humanidad (Génesis 5; 9:18-19).
DEL NUEVO TESTAMENTO
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Jesús consideró a Abel como un hombre justo y el primer mártir (Mateo 23:35).
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En Hebreos 11, Abel figura como uno de los fieles seguidores de Dios que nos sirve de ejemplo: “Por la fe Abel ofreció a Dios un sacrificio más excelente que el de Caín, por lo cual Dios dio testimonio de que era justo, aceptando sus ofrendas; y por la fe, aunque murió, todavía habla” (Hebreos 11:4).
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1 Juan 3:12 nos dice que las acciones de Caín fueron malas, mientras que las de Abel fueron justas.
IMPLICACIONES PARA HOY
Abel fue un hombre justo que obedecía a Dios, y sus acciones revelaron la autenticidad de su fe. Del mismo modo, nuestras acciones revelan el estado de nuestro corazón. Por la fe agradamos a Dios (Hebreos 11:6) y lo adoramos en espíritu y en verdad (Juan 4:24). Aunque experimentemos persecución por nuestra fe, como le sucedió a Abel (Juan 15:20; 2 Timoteo 3:12), podemos confiar en que Dios conoce nuestro corazón (1 Samuel 16:7) y juzgará correctamente el mal. La muerte y el derramamiento de sangre de Abel sirven como un tipo y una sombra de la muerte y el derramamiento de sangre de Jesús, a quien también asesinaron siendo inocente. La sangre de Jesús “habla mejor que la de Abel” (Hebreos 12:24). Mientras que la sangre de Abel clama por justicia, la sangre de Jesús provee la justicia por los pecados al rescatar a la humanidad del castigo merecido por estos (Isaías 53:5). Los sacrificios de Abel eran temporales, pero el sacrificio de Jesús es permanente. Jesús no permaneció muerto, sino que resucitó y vive hoy. Él ha vencido al pecado y a la muerte, y Su sangre derramada es el sacrificio que proveyó la salvación de una vez por todas (Hebreos 9:14; 1 Juan 1:7). A través de la historia de Abel, vemos que incluso cuando las cosas parecen ir terriblemente mal, el plan de Dios sigue adelante. Dios continuó un legado de justicia a través de Set y su descendencia. Dios prometió un Salvador después de que Adán y Eva pecaran (Génesis 3:15), y ese Salvador tiene el poder de traer redención y justicia a toda situación oscura (Romanos 3:24-26; Efesios 1:7; Colosenses 1:14).
COMPRENDE
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Las acciones de Abel revelaron su corazón hacia Dios.
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Dios mira el corazón.
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Dios castigó el pecado de Caín y proveyó redención tras la muerte de Abel.
REFLEXIONA
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¿Qué podemos entender sobre por qué Dios aceptó el sacrificio de Abel y no el de Caín?
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¿Qué podemos aprender de Dios por la forma en que respondió a la muerte de Abel?
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¿Qué aprendemos de Dios por la redención que trajo a pesar de la muerte inocente de Abel?
PONLO EN PRÁCTICA
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Aunque el Antiguo Testamento nos da suficiente información para entender por qué Dios no aceptó la ofrenda de Caín, el Nuevo Testamento lo aclara aún más.
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Dios le dio a Caín la capacidad de reconocer que el pecado acechaba a su puerta y de corregir su error. El pecado trae muerte. No obstante, Caín eligió matar a su hermano inocente, Abel, en lugar de aprovechar la oportunidad que Dios le dio para arrepentirse y elegir el bien.
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Dios es a la vez justo, pues castiga el mal, y misericordioso, al proveer redención.
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