¿Qué es la oración del pecador?

La oración del pecador es el término tradicional que se usa para referirse a la oración que una persona hace cuando se da cuenta de su necesidad de creer en Jesús y ora para aceptarlo. Aunque no hay una oración del pecador exacta que se exija para la salvación, los que llegan a la fe en Jesucristo hablan con Dios sobre las cosas esenciales necesarias para la salvación.

El primer aspecto de cualquier oración del pecador es reconocer que somos pecadores. Romanos 3:23 señala claramente que todos han pecado y están destituidos de la gloria de Dios. Romanos 3:10 también dice: "No hay justo, ni aun uno".

El segundo aspecto de la oración del pecador es el reconocimiento que Dios es la única solución al pecado humano. Romanos 5:8 dice: "Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros".

Además de recibir el sacrificio suficiente de Cristo por nuestro pecado, debemos creer dos cosas específicas sobre Jesús para llegar a la fe en Él. Romanos 10:9 enseña, "si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo". Una persona debe creer que Jesús es el Señor y creer que resucitó de entre los muertos. Si esas dos cosas no son ciertas, Él no puede ser realmente la solución a nuestro problema de pecado.

También es importante reconocer que la oración del pecador no es lo que salva a una persona. Es Jesús quien lo hace. Una oración es sencillamente una manera de estar de acuerdo con Él sobre la verdad de nuestro estado depravado y la verdad del don de gracia que Él nos ofrece. La oración del pecador es un reconocimiento verbal de la verdad y la aceptación del don. Es una manera de comenzar a vivir en una relación restaurada con Dios.

¿Acaso hay algo más que debamos "hacer" para ser salvos? Efesios 2:8-9 enseña que Dios nos salva sólo por Su gracia a través de la fe sólo en Jesucristo, "Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe". Nuestras obras humanas nunca serán lo suficientemente buenas como para cumplir el estándar perfecto de Dios. Más bien, ponemos nuestra fe en Cristo y Él nos da la salvación como un don gratuito.

Finalmente, sólo en Jesús podemos encontrar la salvación. Hechos 4:12 enseña, "Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos". Jesús enseñó personalmente: "Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí" (Juan 14:6).

Jesús se entregó a sí mismo como el camino para llegar al cielo gracias a Su amor. Este inmenso amor trajo a Jesús del cielo a la tierra para vivir, morir y volver a la vida para darnos la oportunidad de tener vida eterna creyendo en Él.

¿Quieres aceptar a Jesús como tu Salvador y recibir la vida eterna? Si es así puedes responderle con una oración similar a esta:

"Amado Dios, me doy cuenta de que soy un pecador y nunca podría llegar al cielo por mis propias buenas obras. Ahora mismo pongo mi fe en Jesucristo como Hijo de Dios que vivió una vida perfecta, murió por mis pecados y resucitó de entre los muertos para darme la vida eterna. Por favor, perdona mis pecados y llévame a una relación correcta contigo. Gracias por aceptarme y darme la vida eterna".




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