¿Cuál es el significado de Meribá en la Biblia?

En resumen:

Hay dos lugares en la Biblia llamados Meribá. Ambos son una lección sobre la fidelidad de Dios y un llamado a obedecerle.

Meribá, que en hebreo significa “contienda” o “disputa”, designa los lugares donde los israelitas discutieron con Dios por su necesidad de agua en el desierto. El primer incidente ocurrió en Refidim, cerca del monte Horeb (Éxodo 17). Allí, Moisés golpeó una roca como Dios le había ordenado, y brotó agua. Más tarde, en Meribá de Cades (Números 20), en una situación similar, Dios le ordenó a Moisés que le hablara a una roca. En lugar de obedecer, Moisés la golpeó dos veces. Como no honró al Señor como santo ante el pueblo, se le impidió entrar en la Tierra Prometida. A pesar de la falta de fe de los israelitas, Dios siguió siendo fiel y proveyó para Su pueblo. Meribá es un recordatorio de la inquebrantable fidelidad de Dios, incluso cuando dudamos, y nos insta a confiar en Su provisión y a obedecer Sus mandatos.

Del Antiguo Testamento

“Meribá” significa en hebreo “disputa” o “contienda”. En la Biblia, fue el nombre dado a dos lugares donde los israelitas discutieron con Dios por agua.
El primer lugar fue en Refidim, cerca del monte Horeb (Sinaí), poco después de que los israelitas cruzaran el Mar Rojo (Éxodo 17:1-7). Al no tener agua, acusaron a Moisés de haberlos sacado de Egipto para matarlos en el desierto. Moisés les preguntó: “¿Por qué contienden conmigo? ¿Por qué tientan al SEÑOR?” (Éxodo 17:2). Luego clamó a Dios: “¿Qué haré con este pueblo? Un poco más y me apedrearán” (Éxodo 17:4). Dios ordenó a Moisés que golpeara la roca de Horeb con su vara. Cuando Moisés obedeció, brotó agua. Moisés “llamó el nombre de aquel lugar Masah y Meriba, por la contienda de los israelitas, y porque tentaron al SEÑOR, diciendo: «¿Está el SEÑOR entre nosotros o no?»” (Éxodo 17:7).
El otro lugar con este nombre está cerca de la Tierra Prometida, en Cades-barnea; por eso se le llama Meribá de Cades. Años más tarde, los israelitas volvieron a necesitar agua y dudaron de la provisión de Dios. El pueblo contendió con Moisés diciendo: “¿Por qué nos han hecho subir de Egipto para traernos a este miserable lugar? No es lugar de sementeras, ni de higueras, ni de viñas, ni de granados, ni aun hay agua para beber” (Números 20:5). Moisés y Aarón acudieron al Señor, y Él les ordenó que le hablaran a una roca delante del pueblo, prometiendo que haría brotar agua de ella (Números 20:8). En lugar de hablarle, Moisés la golpeó dos veces con su vara (Números 20:11). Dios hizo brotar agua, pero castigó a Moisés y a Aarón por no haber confiado en Él para seguir Sus instrucciones. Dios dijo: “Porque ustedes no me creyeron a Mí, para tratarme como santo ante los ojos de los israelitas, por tanto no conducirán a esta asamblea a la tierra que les he dado” (Números 20:12). El relato concluye: “Aquellas fueron las aguas de Meriba, porque los israelitas contendieron con el SEÑOR, y Él demostró Su santidad entre ellos” (Números 20:13).
Esta segunda Meribá se menciona en otros pasajes. Dios confirmó en Deuteronomio 32:51 que a Moisés se le prohibió la entrada a la Tierra Prometida por su desobediencia allí. El salmista recuerda: “También le hicieron enojarse en las aguas de Meriba, Y le fue mal a Moisés por culpa de ellos” (Salmo 106:32).

Del Nuevo Testamento

Meribá no se menciona en el Nuevo Testamento, aunque el autor de Hebreos alude al incidente.

Implicaciones para hoy

Ambas Meribás son lugares recordados por la falta de confianza de los israelitas en el Señor. Es interesante, sin embargo, que Dios proveyera agua en ambos sitios. La falta de fe de los israelitas no afectó la fidelidad de Dios para proveer a Su pueblo. 2 Timoteo 2:13 enseña que, “si somos infieles, Él permanece fiel”. El milagro del agua en ambas Meribás es un ejemplo de esa verdad. Porque se puede confiar en Dios, debemos prestar atención a la advertencia del autor de Hebreos: “No endurezcan sus corazones, como en la provocación, como en el día de la prueba en el desierto, donde sus padres me tentaron y me pusieron a prueba, Y vieron Mis obras por cuarenta años” (Hebreos 3:8-9). Que nuestros corazones se ablanden y se llenen de fe en la fidelidad de Dios para proveer.

Comprende

En hebreo, Meribá significa “contienda”, lo que refleja las disputas de los israelitas con Dios.
Los israelitas contendieron con Moisés en Meribá, cerca del monte Horeb (Éxodo 17). Una situación similar ocurrió décadas más tarde en Meribá de Cades (Números 20).
La desobediencia de Moisés en Meribá de Cades le impidió entrar en la Tierra Prometida.

Reflexiona

¿Cómo te identificas en tu propia vida con los momentos de duda y disputa de los israelitas con Dios?
Reflexiona sobre la desobediencia de Moisés. ¿Hay momentos en los que has luchado por obedecer plenamente los mandatos de Dios? ¿Qué te ayuda a elegir la obediencia?
¿Cómo puede la historia de Meribá recordarte la fidelidad de Dios a pesar de tu propia falta de fe?

Ponlo en práctica

Analiza las implicaciones de la desobediencia de Moisés en Meribá de Cades y sus consecuencias. ¿Qué nos enseña sobre la importancia de la obediencia y la confianza en Dios?
¿De qué manera los incidentes en Meribá reflejan diferentes aspectos de la relación entre Dios y Su pueblo?
¿De qué manera la respuesta de Dios a los israelitas en Meribá refleja Su carácter? ¿Qué revela acerca de Su gracia y justicia?

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