¿Qué es el Magníficat?

Del Antiguo Testamento

• El Magníficat de María se hace eco de muchos pasajes del Antiguo Testamento, sobre todo de la oración de Ana en 1 Samuel 2:1-10.

Del Nuevo Testamento

• El Magníficat es el himno de alabanza de María que se recoge en Lucas 1:46-55, pronunciado en respuesta al saludo y la bendición de su prima Isabel. María estaba embarazada, tal como el ángel Gabriel le había predicho (Lucas 1:26-38). Cuando visitó a su pariente Isabel, la anciana estaba embarazada de seis meses de Juan el Bautista, y el bebé saltó en su vientre al oír el saludo de María (Lucas 1:41). Llena del Espíritu Santo, Isabel exclamó: “¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Por qué me ha acontecido esto a mí, que la madre de mi Señor venga a mí? Porque apenas la voz de tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de gozo en mi vientre. Y bienaventurada la que creyó que tendrá cumplimiento lo que le fue dicho de parte del Señor” (Lucas 1:42-45). El Magníficat es la respuesta de María a estas palabras.
• La razón por la que este himno se denomina Magníficat es porque en latín, magnificat (que significa “engrandece”) es la primera palabra de su alabanza. En esta, María glorifica a Dios por bendecirla y por su fidelidad a Israel, utilizando el paralelismo como recurso poético.
• La respuesta de María es uno de los cuatro himnos de alabanza registrados en el Evangelio de Lucas en respuesta al nacimiento de Cristo. Los otros tres son el Benedictus de Zacarías (Lucas 1:67-79), el Gloria in Excelsis Deo de los ángeles (Lucas 2:13-14) y el Nunc Dimittis de Simeón (Lucas 2:28-32).
• El Magníficat dice así:
• “Mi alma engrandece al Señor,
• Y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador.
• Porque ha mirado la humilde condición de esta Su sierva;
• Pues desde ahora en adelante todas las generaciones me tendrán por bienaventurada.
• Porque grandes cosas ha hecho por mí el Poderoso;
• Y santo es Su nombre.
• Y de generación en generación es Su misericordia para los que le temen.
• Ha hecho proezas con Su brazo;
• Ha esparcido a los soberbios en el pensamiento de sus corazones.
• Ha quitado a los poderosos de sus tronos;
• Y ha exaltado a los humildes.
• A los hambrientos ha colmado de bienes y ha despedido a los ricos con las manos vacías.
• Ha ayudado a Israel, Su siervo,
• Para recuerdo de Su misericordia,
• Tal como dijo a nuestros padres,
• A Abraham y a su descendencia para siempre”.
• (Lucas 1:46-55)

Implicaciones para hoy

El Magníficat de María ofrece un ejemplo profundo de cómo podemos engrandecer a Dios. Magnificar a Dios significa alabarlo, exaltar Su grandeza y reconocer Su presencia y obra en nuestra vida. Al igual que María proclamó: “Mi alma engrandece al Señor”, nosotros también podemos hacerlo al reconocer y celebrar Sus bendiciones, Su misericordia y Su fidelidad. Esto implica un esfuerzo consciente por desviar nuestro enfoque de nuestros desafíos hacia Su poder y bondad. Podemos engrandecer a Dios compartiendo testimonios de Su obra, expresando gratitud por Su provisión y viviendo de una manera que refleje Su amor. Al hacerlo, no solo honramos a Dios, sino que también inspiramos a otros a buscarlo y glorificarlo.