¿Qué significa la libertad en Cristo? ¿Existen restricciones a la forma en que ejerzo mi libertad cristiana?

En resumen:

La libertad cristiana nos libera del pecado y de la ley. Los creyentes no deben usar este don como una licencia para pecar, sino como una oportunidad para amar, servir y edificar a otros en el cuerpo de Cristo.

¿Qué dice la Biblia?

La libertad cristiana es la libertad que los creyentes tienen en Cristo para vivir por fe, guiados por el Espíritu Santo, en lugar de estar atados a la ley para su salvación. Podemos disfrutar de nuestra libertad cristiana, sabiendo que el sacrificio de Jesucristo en la cruz fue suficiente; ahora vivimos bajo la gracia. En el Nuevo Testamento, Pablo explica que la libertad cristiana significa ser libres de la ley judía y su sistema de sacrificios. También implica tener vida eterna en Jesús, ser liberados de nuestra anterior esclavitud al pecado y tener la capacidad de hacer, con buena conciencia, cosas que no están en contra de las Escrituras. Si bien se nos ha dado este increíble don, nuestro objetivo debe ser vivir una vida semejante a la de Cristo, caracterizada por el amor y el servicio a los demás, en lugar de buscar la satisfacción de nuestros propios deseos.

Del Antiguo Testamento

El concepto de la libertad en Cristo se aborda específicamente en el Nuevo Testamento.

Del Nuevo Testamento

Jesús nos ordenó en Juan 13:34: “Un mandamiento nuevo les doy: que se amen los unos a los otros; que como Yo los he amado, así también se amen los unos a los otros”. Nuestro amor por los demás nos llevará a restringir nuestro propio comportamiento para no herirlos o hacerlos tropezar.
La libertad cristiana nos libera de las ataduras de la ley judía. Romanos 3:20 dice que “por medio de la ley viene el conocimiento del pecado”, pero la ley solo puede exponer el pecado. El mismo versículo comienza diciendo: “porque por las obras de la ley ningún ser humano será justificado”. La ley nos muestra nuestro pecado, pero no puede salvarnos de él.
Los cristianos también son liberados del poder del pecado. Romanos 6:14 dice: “Porque el pecado no tendrá dominio sobre ustedes, pues no están bajo la ley sino bajo la gracia”. Ya no somos controlados por el pecado, sino por la justicia de Dios (Romanos 6:18). Romanos 6:23 añade: “Porque la paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro”.
La libertad cristiana también significa que podemos participar en actividades que no están expresamente prohibidas en la Biblia. 1 Corintios 10:23 dice: “Todo es lícito, pero no todo es conveniente. Todo es lícito, pero no todo edifica”. El versículo 24 añade una restricción: “Nadie busque su propio bien, sino el de su prójimo”. Al ejercer nuestra libertad, debemos moderar nuestras acciones con amor.
Gálatas 5:13 deja claro que nuestra libertad debe usarse para edificar, no para el egoísmo: “Porque ustedes, hermanos, a libertad fueron llamados; solo que no usen la libertad como pretexto para la carne, sino sírvanse por amor los unos a los otros”.
La ley proporcionaba un sistema de sacrificios que cubría el pecado, pero estos debían repetirse. Jesús, en cambio, derramó Su sangre una vez y para siempre; no hay necesidad de repetir el sacrificio (Hebreos 9:18-28).

Implicaciones para hoy

En lugar de llevar una vida equilibrada, los cristianos a menudo nos vamos a los extremos con nuestras libertades. Por un lado, podemos ser tan imprudentes que avergonzamos a Cristo y a Su iglesia. Por otro, podemos ser tan cuidadosos que nos volvemos legalistas e inventamos reglas que tampoco son bíblicas. Tanto el libertinaje como el legalismo son incorrectos. Debemos buscar continuamente la voluntad de Dios para determinar la forma correcta de ejercer nuestra libertad en cada situación. Nuestra meta debe ser glorificar a Dios, edificar la iglesia y atraer a otros a Cristo.

Comprende

La libertad cristiana significa ser libres de las restricciones de la ley judía y del sistema de sacrificios.
La libertad cristiana libera a los creyyentes de la esclavitud y las consecuencias del pecado, permitiéndoles vivir bajo la gracia.
Esta libertad no es una licencia para pecar, sino que nos libera para vivir para la gloria de Dios, edificar la iglesia y reflejar a Cristo ante los demás.

Reflexiona

¿Qué significa para ti ser liberado de la esclavitud del pecado y de las restricciones de la ley?
¿Cómo equilibras personalmente la libertad que tienes en Cristo con la responsabilidad de vivir de una manera que refleje Su carácter y voluntad?
¿Alguna vez has usado tu libertad cristiana de una manera que haya causado daño a la fe de otra persona o a su caminar con Dios? ¿Qué aprendiste?

Ponlo en práctica

¿Cómo puedes animar a otros a ejercer la libertad cristiana de manera que edifique a la Iglesia en lugar de dar permiso para una vida egoísta o pecaminosa?
¿Cuáles son algunos ejemplos de cómo tu libertad cristiana podría entrar en conflicto con las normas o expectativas culturales, y cómo deberías responder?
¿Cómo puedes modelar un uso de la libertad semejante al de Cristo, que lleve a otros a la salvación y glorifique a Dios?

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