¿Qué dice la Biblia?
El Año del Jubileo, descrito en Levítico 25, tenía lugar cada cincuenta años. Se celebraba tocando un cuerno de carnero el décimo día del séptimo mes, que era también el Día de la Expiación. Durante este año, la tierra descansaba, se liberaba a los esclavos y se perdonaban las deudas, con lo que Israel se renovaba. Aunque no se menciona explícitamente en el Nuevo Testamento, el Año del Jubileo simboliza la salvación que ofrece Jesús: nos libera del pecado (Romanos 8:2; Gálatas 5:1), cancela nuestra deuda con Dios (Colosenses 2:13-14) y nos da descanso (Mateo 11:28-30). La salvación por medio de Jesús, y no por nuestras obras, nos concede renovación y libertad eternas, cumpliendo así la restauración espiritual que prefiguraba el Jubileo.