¿Qué significa que somos hechura de Dios (Efesios 2:10)?

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En resumen:

Dios formó al hombre y a la mujer a Su imagen y para Su gloria. Él ha diseñado cada parte de nuestra historia para que se una en una obra de arte que muestre Su obra.

Del Antiguo Testamento

  • En Génesis 1:27, el Señor Dios formó al hombre y a la mujer a Su imagen y para Su gloria: “Dios creó al hombre a imagen Suya, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó”.

Del Nuevo Testamento

  • Filipenses 1:6 se refiere a la obra de Dios en nosotros: “estando convencido precisamente de esto: que el que comenzó en ustedes la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús”.
  • Dios ha diseñado cada parte de nuestra historia para que confluya en una obra de arte que muestre la obra de Sus manos y le dé gloria (Romanos 8:28-30).
  • Efesios 2:10 nos llama hechura de Dios, “creados en Cristo Jesús para hacer buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas”.
  • Implicaciones para Hoy
  • La obra de Dios es asombrosa porque Él nos tomó de un lugar de quebrantamiento y pecado, haciéndonos Su poíema —Su obra maestra— llena de propósito divino. En lugar de estar esclavizados por nuestra carne, ahora estamos capacitados para realizar las buenas obras que Dios preparó para nosotros. No es por nuestros esfuerzos, sino por Su gracia y poder que recorremos este camino. La santificación puede parecer desalentadora cuando nos enfrentamos a la brecha entre lo que somos y lo que estamos destinados a ser. Sin embargo, Dios nos ve como Su obra maestra, moldeándonos y refinándonos para reflejar Su imagen. Nos creó para revelar Su gloria a quienes nos rodean (Romanos 9:20). A diferencia de un cuadro o un poema que muestra pasivamente su belleza, nosotros somos obras maestras vivas, que participan activamente en la obra de Dios (Mateo 5:14-16; Juan 15:12-17). Él nos llama a caminar en el amor, la bondad y la verdad, compartiendo la esperanza de la salvación dondequiera que vayamos (Mateo 28:18-20; Romanos 12:9-21; Efesios 4:17-32; 1 Pedro 3:16-17). Estas buenas obras no son para que nos gloriemos, sino que son la prueba de la obra de Dios en nosotros, que nos da tanto el deseo como la fuerza para completar las tareas que nos ha encomendado (Filipenses 2:12-13). Cuando nos rendimos y permanecemos en el Gran Artista, Él nos llama Su hechura y promete hacer de nosotros una obra maestra.

Comprende

  • Dios nos creó de una manera única para reflejar Su imagen y gloria.
  • Dios nos preparó para buenas obras, dando a nuestras vidas propósito y significado.
  • Dios nos moldea continuamente, transformándonos en una obra maestra a través de la santificación.

Reflexiona

  • ¿Cómo afecta a tu identidad y propósito el hecho de saber que eres obra de Dios?
  • ¿Qué áreas de tu vida sientes que Dios está moldeando y refinando activamente como parte de Su obra maestra?
  • ¿Cómo procesas la lucha entre la manera en que Dios te ve como Su obra maestra y tu necesidad de que Él te haga crecer y te refine?

Ponlo en práctica

  • ¿De qué manera el comprender que somos obra de Dios te ayuda a relacionarte con otras personas que pueden tener problemas con su sentido del valor?
  • ¿Qué significa para la Iglesia en su conjunto funcionar como la obra maestra de Dios en el mundo actual?
  • ¿Cómo pueden apoyarse unos a otros en la realización de las buenas obras que Dios ha preparado para ustedes como Su obra colectiva?