¿Por qué Dios parece diferente en el Antiguo Testamento y en el Nuevo Testamento?

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En resumen:

Dios es inmutable. El Dios del Antiguo Testamento es el mismo Dios del Nuevo Testamento, cuyo carácter y plan redentor se revelan a través de Su relación con Su pueblo.

Del Antiguo Testamento

  • Dios es inmutable (Éxodo 3:14; Malaquías 3:6). Todos los atributos de Dios, incluyendo Su santidad, justicia, amor, misericordia, gracia y omnipotencia, están siempre presentes.
  • Dios prometió un Salvador (Génesis 3:15).
  • En Éxodo 6:6-7, Dios prometió rescatar a Israel de la esclavitud y convertirlo en una nación llamada para Sus propósitos.
  • Dios proporcionó los medios para relacionarse con Él a través del sistema del templo (ver Levítico).
  • Levítico y Deuteronomio están repletos de las expectativas de Dios para los israelitas corporativamente: adorarle solo a Él (Éxodo 34:14), observar el sábado (Éxodo 16:29) y las fiestas (Éxodo 11 y 12; Deuteronomio 16:16; Levítico 23:27-28), y seguir Sus instrucciones sin vacilar (Números 14).
  • En el Antiguo Testamento, Dios generalmente trataba con los israelitas como una nación, pero también tenía expectativas para los individuos. Los más famosos son los Diez Mandamientos (Éxodo 20:1-17).
  • Dios siempre respondía con ira y juicio contra el pecado (Génesis 6-9; 18-19; Éxodo 7-12; Josué; 2 Reyes, Jeremías, Ezequiel). Este juicio alcanzó tanto a naciones como a individuos. Por ejemplo, Acán fue ejecutado en Josué 7 por tomar y esconder algunos de los objetos consagrados de Jericó. Dios se llevó al hijo de David en respuesta al adulterio de David con Betsabé (2 Samuel 12:15-23). E impidió que Moisés y Aarón entraran en la Tierra Prometida tras su desobediencia (Números 20:24; Deuteronomio 34:4).
  • Sin embargo, Dios siempre advirtió a la gente sobre Su juicio venidero y proporcionó una manera de ser rescatados (el arca durante el diluvio, la advertencia a Nínive a través de Jonás, la advertencia a Israel a través de los profetas, dar a los cananeos 400 años para arrepentirse). La justicia de Dios siempre está mezclada con Su gracia y paciencia.
  • Los mandamientos de Dios para Israel tenían que ver con la santidad y con vivir de una manera que reflejara quién es Él. Por ejemplo, Miqueas 6:8 dice: “Él te ha declarado, oh hombre, lo que es bueno. ¿Y qué es lo que demanda el Señor de ti, sino solo practicar la justicia, amar la misericordia, y andar humildemente con tu Dios?”.
  • Vemos la compasión y la ternura de Dios a lo largo de la Escritura, como en Génesis 16 y 1 Reyes 17, donde Él cuida gentilmente de Agar en su angustia y provee milagrosamente para la viuda y su hijo durante una hambruna.
  • Jesús está prefigurado en el Antiguo Testamento a través de profecías, como Isaías 53, que describe al siervo sufriente, y a través de tipos y símbolos, como el cordero pascual de Éxodo 12:21-27, que señala Su muerte sacrificial. También aparece en teofanías, como la del “Ángel del Señor” en Génesis 16:7-13.
  • El Espíritu Santo existía en el Antiguo Testamento. Ocupó el centro de adoración de una nación elegida (Éxodo 40:34) y se prometió que moraría en el corazón de cada creyente en un tiempo futuro (Ezequiel 36:26-27; Joel 2:28-29).

Del Nuevo Testamento

  • Dios es inmutable. Esto se repite en el Nuevo Testamento (Juan 1:1-4; Santiago 1:17-18; Hebreos 13:8). Todos los atributos de Dios están presentes tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo.
  • Dios vino como el Salvador definitivo (Juan 3:16).
  • El Éxodo, donde Dios liberó a Su pueblo de Egipto, se convirtió en el ejemplo viviente de Dios rescatando a las personas del pecado y llamándolas a ser Su pueblo como luz para el mundo (Mateo 5:14-16; 1 Pedro 2:1-12).
  • El sistema del templo, donde el hombre podía relacionarse con Dios, se cumplió finalmente en Jesús (ver Hebreos).
  • El Nuevo Testamento también contiene instrucciones para el nuevo cuerpo corporativo: la Iglesia. La iglesia no debe albergar corazones impenitentes (1 Corintios 5:1-2), sino que debe seguir una serie de instrucciones detalladas para purificarse del pecado (Mateo 18:15-20).
  • Mateo 5 presenta varias expectativas para los individuos en la era de la iglesia, incluyendo la amonestación de hacer lo que sea necesario para guardarse del pecado (vv. 29-30).
  • En el Nuevo Testamento, Dios también reveló Su ira y juicio contra el pecado. Jesús habló extensamente sobre el juicio venidero y las consecuencias de no vivir según las normas de Dios (Mateo 5-7, 23). Jesús predijo la destrucción de Jerusalén como consecuencia del rechazo de la ciudad hacia Él y su incapacidad para reconocer el momento de Su visitación (Mateo 24; Lucas 21). El Apocalipsis describe varios juicios y plagas que caerán sobre la Tierra en los últimos tiempos. Apocalipsis 20:11-15 nos habla del juicio final, donde aquellos cuyos nombres no se encuentran en el Libro de la Vida son arrojados al lago de fuego. Esta es la máxima expresión de Su juicio contra el pecado.
  • Así como en el Antiguo Testamento Dios hacía a los individuos responsables de su pecado, en el Nuevo Testamento, Ananías y Safira fueron abatidos después de mentir sobre su ofrenda (Hechos 5:1-11), y Jesús reprendió a Pedro cuando este negó el propósito de Jesús (Marcos 8:31-33).
  • La justicia y la paciencia de Dios para ejecutar el juicio se ven también en el Nuevo Testamento. En Apocalipsis, vemos que la gente sabe que los juicios vienen de Dios, pero se niegan a arrepentirse (Apocalipsis 9:20-21). Segunda de Pedro 3:9-11 nos asegura que Dios quiere que todos se arrepientan, por eso es paciente y da tiempo a la gente para que responda a Sus advertencias.
  • El llamado de Dios a vivir de una forma que refleje quién es Él (Juan 13:34-35; Efesios 4:25-32; Santiago 1:27; 1 Pedro 1:13-25) está en consonancia con el Antiguo Testamento.
  • La compasión y la ternura de Dios se observan también en Lucas 7 y 1 Pedro 5:7, donde Jesús resucita al hijo de una viuda con profunda compasión y nos invita a depositar en Él todas nuestras angustias porque Él cuida de nosotros.
  • En el Nuevo Testamento, Jesús toma carne humana mediante la encarnación, como se describe en Juan 1:14: “El Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos Su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad”. Esto se afirma además en Filipenses 2:7-8, donde se dice que Jesús se hizo plenamente humano, obediente hasta la muerte de cruz.
  • Con la resurrección y ascensión de Jesús, el papel del Espíritu Santo cambió para adaptarse al contexto. En lugar de limitar Su participación directa a unos pocos profetas, sacerdotes y reyes, ahora mora y aconseja a cada creyente (1 Corintios 6:19).

Implicaciones para hoy

Dios es el mismo ayer, hoy y siempre. Esta naturaleza inmutable de Dios significa que Su carácter, Sus promesas y Sus expectativas permanecen constantes en todos los tiempos. Se nos invita a conocer a este Dios inmutable y a responder a Su oferta de salvación. El mismo Dios que creó la tierra preparó el camino para que fuéramos perdonados de nuestros pecados y tuviéramos vida abundante, ahora y para la eternidad (Juan 10:10). Dios no ha cambiado; lo que ha cambiado es el contexto. La santidad, la pasión, la moderación y el juicio de Dios son los mismos; la diferencia es que los vemos a un nivel más personal en lugar de nacional. Esta experiencia personal de Su amor y Su perdón significa que, sin importar dónde estemos o lo que hayamos hecho, siempre podemos encontrar en Él la gracia inquebrantable y la esperanza inagotable que transforman nuestras vidas y nos guían hacia un futuro eterno con Él.

Comprende

  • El carácter de Dios es constante en ambos Testamentos.
  • Dios llama constantemente a Su pueblo a una relación con Él y a la obediencia.
  • La promesa de un Salvador en el Antiguo Testamento se cumple en Jesucristo en el Nuevo Testamento, demostrando un plan de redención continuo.

Reflexiona

  • ¿Cómo influye en tu visión de las promesas y la naturaleza de Dios el hecho de comprender que Su carácter es coherente en el Antiguo y el Nuevo Testamento?
  • ¿Cómo has experimentado personalmente el llamado de Dios a la relación y la obediencia, y cómo refleja esto Su naturaleza inmutable?
  • ¿De qué manera el hecho de que el plan redentor de Dios abarque ambos Testamentos influye en tu comprensión de Su obra en tu vida?

Ponlo en práctica

  • Dios a menudo parece diferente entre el Antiguo y el Nuevo Testamento porque Él trató con la gente en distintos niveles: más a nivel de nación en el Antiguo Testamento e individualmente en el Nuevo Testamento, aunque Él todavía trabaja con naciones hoy en día y trató con individuos en el Antiguo Testamento. Aunque los contextos difieren, el carácter consistente de Dios —Su santidad, justicia y deseo de rectitud— permanece inalterado en ambos Testamentos, y la forma en que obró en estos contextos fue para el mismo plan de redención.
  • ¿De qué manera la coherencia de la justicia y la misericordia de Dios a lo largo de los Testamentos determina nuestra comprensión de Sus acciones en las Escrituras?
  • ¿Cómo debería influir hoy en nuestro enfoque de la fe individual y comunitaria el cambio de un enfoque nacional a uno personal en los tratos de Dios? ¿Cómo podemos cultivar tanto los aspectos comunitarios como los individuales de nuestra fe?