¿Qué dice la Biblia?
Las palabras son poderosas. Como creyentes que representamos a Cristo, debemos hacer un esfuerzo consciente por usar nuestras palabras para honrar a Dios y bendecir a los demás (Santiago 3:9-10). Tomar el nombre del Señor en vano es claramente un pecado, como se destaca en Éxodo 20:7. Por lo tanto, no parece prudente utilizar el nombre de Dios o sus variantes a la ligera o con indiferencia. En cada conversación, e incluso en cada pensamiento, nuestro objetivo debe ser hacerlo “todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de Él” (Colosenses 3:17).