El realismo es una postura filosófica que afirma la existencia de conceptos universales u objetos abstractos, independientes de la percepción humana. Aunque la Biblia no aborda directamente el realismo filosófico, sí proporciona una base para comprender la realidad y la verdad. Las Escrituras afirman que Dios es la realidad última y la fuente de toda verdad (Juan 14:6; Colosenses 2:3). La Biblia presenta una cosmovisión en la que existen realidades tanto físicas como no físicas (espirituales), creadas y sostenidas por Dios (Colosenses 1:16-17). Esta perspectiva permite un enfoque cristiano matizado del realismo, uno que reconoce la existencia de verdades universales y conceptos abstractos, pero que a la vez los fundamenta en la naturaleza y la revelación de Dios.
La perspectiva cristiana del realismo reconoce a Dios como la fuente última de toda realidad, tanto física como abstracta. Este punto de vista permite la existencia de verdades universales y conceptos abstractos, pero los fundamenta en la naturaleza de Dios, en lugar de considerarlos entidades independientes y autoexistentes. Reconocer a Dios como la fuente de toda realidad puede fomentar la humildad en nuestros afanes intelectuales. Nos recuerda que, aunque podemos comprender la verdad, nuestro entendimiento es finito y depende de la revelación de Dios. Esto fomenta un equilibrio entre la afirmación confiada de verdades que podemos conocer y el reconocimiento humilde del misterio en áreas que van más allá de nuestra comprensión. En la ética y la moral, el realismo cristiano proporciona una base sólida para las verdades morales universales, fundamentadas en la naturaleza inmutable de Dios. Esto contrarresta el relativismo moral y ofrece un cimiento para abordar los complejos problemas éticos de nuestra sociedad. Para la ciencia y la filosofía, esta visión fomenta la investigación rigurosa, al tiempo que reconoce los límites de la razón humana. Sugiere que las regularidades y leyes que observamos en la naturaleza reflejan el carácter coherente de su Creador. Así, una perspectiva cristiana del realismo nos llama a buscar la verdad con diligencia, sabiendo que toda verdad es, en esencia, la verdad de Dios. Nos anima a analizar con atención los distintos puntos de vista filosóficos, sometiéndolos siempre al escrutinio de Su Palabra revelada.