¿Qué dice la Biblia?
Un remanente es una porción de algo que queda de un todo. Por ejemplo, puede haber un remanente de personas, de comida o de tela. En términos bíblicos, la mayoría de las veces pensamos en un remanente en referencia a las personas y, más concretamente, en relación con Israel. A lo largo de la Biblia vemos numerosos ejemplos en los que Dios preserva para sí un remanente de personas, ya sea física o espiritualmente, o ambas cosas. Dios preservó un remanente fiel a lo largo de la historia bíblica, comenzando con Noé y su familia durante el diluvio (Génesis 6:17-18), continuando con José durante la hambruna (Génesis 45:7) y con los israelitas en la época de Elías (1 Reyes 19:18). A pesar de los juicios por el pecado, como los cautiverios de Israel y Judá, Dios se propuso purificar y restaurar a Su pueblo (Deuteronomio 8; 2 Reyes 24:3-4; Salmo 119:75; Jeremías 29:10-14; Lamentaciones 3:31-33). El remanente cumplió activamente los propósitos redentores de Dios, como regresar para reconstruir Jerusalén (Esdras 1:1-4) y mantener Sus mandamientos (Apocalipsis 12:17). En el Nuevo Testamento, citando a Isaías, Pablo destaca que Dios conserva por gracia un remanente fiel de Israel (Romanos 9:27-28; 11:5). El Apocalipsis describe un vasto remanente de todas las naciones que permanece fiel (Apocalipsis 7:9-10).