Aunque los asmoneos no se mencionan por su nombre en la Biblia, desempeñan un papel importante en la historia, con importantes repercusiones para Israel. Los asmoneos fueron la dinastía gobernante de Judea y sus alrededores desde el año 164 a. C. hasta el 63 a. C., durante un período conocido como la época macabea de la independencia judía. Su dominio llegó a extenderse a las regiones de Samaria, Galilea, Iturea, Perea e Idumea. En la actualidad, su reino incluiría Israel y partes de Egipto, Jordania, Líbano, Palestina y Siria. Los asmoneos eran famosos por su liderazgo, su feroz destreza en la batalla y por imponer estrictamente la ley judía, convirtiendo por la fuerza a las poblaciones de todas las tierras que conquistaban. Su historia se encuentra en los libros deuterocanónicos de 1 y 2 Macabeos, así como en “La guerra de los judíos”, del historiador Flavio Josefo.
Génesis 49:10 proclama: “El cetro no se apartará de Judá, ni la vara de gobernante de entre sus pies, hasta que venga Siloh,
Y a él sea dada la obediencia de los pueblos”. Esta profecía se cumplió cuando David, de la tribu de Judá, se convirtió en rey de Israel. Los reyes legítimos de Israel vendrían a través del linaje de David. Sin embargo, las diez tribus del norte de Israel se separaron de Judá y Benjamín y proclamaron rey a Jeroboam (1 Reyes 12). Dios declaró más tarde: “Ellos han puesto reyes, pero no escogidos por Mí” (Oseas 8:4). Parecería que los asmoneos, que eran de la tribu de Leví y no de Judá, también serían considerados reyes ilegítimos sobre Su pueblo. Tal vez por eso su reinado duró solo unos cien años. Además, Dios declaró que el sumo sacerdocio pertenecía solo a Aarón y a los de su linaje: “Y tendrán el sacerdocio por estatuto perpetuo. Así consagrarás a Aarón y a sus hijos” (Éxodo 29:9). Aunque Matatías y sus descendientes eran levitas y, por tanto, sacerdotes legítimos, no pertenecían al linaje de Aarón y, por tanto, no se les permitía ejercer como sumos sacerdotes. Cuando otros levitas intentaron usurpar el sumo sacerdocio de Aarón en el Antiguo Testamento, Dios abrió la tierra y se los tragó vivos (Números 16:32). Fue solo por la gracia de Dios que los asmoneos escaparon del mismo destino. En última instancia, Jesús es nuestro legítimo sumo sacerdote y rey reinante. “tenemos tal Sumo Sacerdote, que se ha sentado a la diestra del trono de la Majestad en los cielos” (Hebreos 8:1). Y el pueblo de Dios espera Su regreso, cuando traerá paz y justicia a toda la tierra (Isaías 11:3-9). Sin embargo, los asmoneos proporcionaron un breve respiro al pueblo judío en medio de una larga historia de vida como nación conquistada. Al igual que la huida de la esclavitud en Egipto se celebra hoy en la festividad de la Pascua, la victoria judía sobre el ejército seléucida y la rededicación del Templo se celebran hoy en la festividad de Janucá.