Descendientes del linaje de Lot, los amonitas eran un pueblo nómada que habitaba en la actual Jordania, con la capital de Amán como reflejo de este legado. A pesar de sus lazos ancestrales, se negaron a ayudar al pueblo de Dios cuando los israelitas vagaban por el desierto. Dios castigó a los amonitas por ello. Más tarde, aunque se salvaron de la aniquilación total durante la conquista de Canaán, Dios tenía reglas específicas para mantener a los israelitas alejados de los amonitas: prohibió a los israelitas casarse con los amonitas debido a su adoración de dioses falsos. La historia de los amonitas incluye guerras brutales y desafíos, que culminaron en su absorción por la sociedad árabe tras siglos de protagonismo, marcando el fin de su antaño formidable presencia.
Los amonitas son una advertencia para nosotros, que vemos cómo la elección de adorar a falsos dioses en lugar del único Dios verdadero conduce a todo tipo de pecados que repercuten en los demás. La negativa de los amonitas a ayudar a los israelitas, a pesar de su herencia común, sirve de advertencia contra el egoísmo y la indiferencia en nuestras comunidades modernas. Estamos llamados a ayudar a los pobres y necesitados (Salmo 72:12), especialmente a los que son nuestros hermanos. Gálatas 6:10 nos instruye: “Así que entonces, hagamos bien a todos según tengamos oportunidad, y especialmente a los de la familia de la fe”. El castigo de Dios a los amonitas nos recuerda las consecuencias de ignorar las oportunidades de prestar ayuda y compasión, así como las consecuencias de seguir a dioses falsos. Todos fuimos creados para adorar. Lo que adoramos influye en lo que creemos, pensamos y hacemos. La absorción final de los amonitas en la sociedad árabe revela que aquello en lo que habían depositado su fe no era duradero. El poder y la influencia son pasajeros. Solo Dios es rey para siempre. Los amonitas nos hacen reflexionar sobre para qué vivimos y a qué servimos. El desenlace de los amonitas también nos recuerda que lo que adoramos y cómo nos afecta tiene consecuencias a largo plazo.